12.26.2014

ADOLFO BIOY CASARES

 Cuento de Margarita o el poder de la farmacopea




No recuerdo por qué mi hijo me reprochó en cierta ocasión:
-A vos todo te sale bien.
El muchacho vivía en casa, con su mujer y cuatro niños, el mayor de once años, la menor, Margarita, de dos. Porque las palabras aquellas traslucían resentimiento, quedé preocupado. De vez en cuando conversaba del asunto con mi nuera. Le decía:
-No me negarás que en todo triunfo hay algo repelente.
-El triunfo es el resultado natural de un trabajo bien hecho -contestaba.
-Siempre lleva mezclada alguna vanidad, alguna vulgaridad.
-No el triunfo -me interrumpía- sino el deseo de triunfar. Condenar el triunfo me parece un exceso de romanticismo, conveniente sin duda para los chambones.
A pesar de su inteligencia, mi nuera no lograba convencerme. En busca de culpas examiné retrospectivamente mi vida, que ha transcurrido entre libros de química y en un laboratorio de productos farmacéuticos. Mis triunfos, si los hubo, son quizá auténticos, pero no espectaculares. En lo que podría llamarse mi carrera de honores, he llegado a jefe de laboratorio. Tengo casa propia y un buen pasar. Es verdad que algunas fórmulas mías originaron bálsamos, pomadas y tinturas que exhiben los anaqueles de todas las farmacias de nuestro vasto país y que según afirman por ahí alivian a no pocos enfermos. Yo me he permitido dudar, porque la relación entre el específico y la enfermedad me parece bastante misteriosa. Sin embargo, cuando entreví la fórmula de mi tónico Hierro Plus, tuve la ansiedad y la certeza del triunfo y empecé a botaratear jactanciosamente, a decir que en farmacopea y en medicina, óiganme bien, como lo atestiguan las páginas de “Caras y Caretas”, la gente consumía infinidad de tónicos y reconstituyentes, hasta que un día llegaron las vitaminas y barrieron con ellos, como si fueran embelecos. El resultado está a la vista. Se desacreditaron las vitaminas, lo que era inevitable, y en vano recurre el mundo hoy a la farmacia para mitigar su debilidad y su cansancio.
Cuesta creerlo, pero mi nuera se preocupaba por la inapetencia de su hija menor. En efecto, la pobre Margarita, de pelo dorado y ojos azules, lánguida, pálida, juiciosa, parecía una estampa del siglo XIX, la típica niña que según una tradición o superstición está destinada a reunirse muy temprano con los ángeles.
Mi nunca negada habilidad de cocinero de remedios, acuciada por el ansia de ver restablecida a la nieta, funcionó rápidamente e inventé el tónico ya mencionado. Su eficacia es prodigiosa. Cuatro cucharadas diarias bastaron para transformar, en pocas semanas, a Margarita, que ahora reboza de buen color, ha crecido, se ha ensanchado y manifiesta una voracidad satisfactoria, casi diría inquietante. Con determinación y firmeza busca la comida y, si alguien se la niega, arremete con enojo. Hoy por la mañana, a la hora del desayuno, en el comedor de diario, me esperaba un espectáculo que no olvidaré así nomás. En el centro de la mesa estaba sentada la niña, con una medialuna en cada mano. Creí notar en sus mejillas de muñeca rubia una coloración demasiado roja. Estaba embadurnada de dulce y de sangre. Los restos de la familia reposaban unos contra otros con las cabezas juntas, en un rincón del cuarto. Mi hijo, todavía con vida, encontró fuerzas para pronunciar sus últimas palabras.
-Margarita no tiene la culpa.
Las dijo en ese tono de reproche que habitualmente empleaba conmigo.

12.25.2014

OSHO


Las actitudes son nuestras creaciones, son nuestros prejuicios, nuestras invenciones. La vida no es creada por nosotros; al contrario, nosotros somos sólo ondas en el lago de la vida.
¿Qué clase de actitud puede tener una ola con respecto al océano?
¿Qué tipo de actitud puede tener una hoja de hierba hacia la Tierra, la Luna, el Sol o las estrellas?
Todas las actitudes son egoístas, todas las actitudes son estúpidas.
La vida no es una filosofía, no es un problema; es un misterio.
Tienes que vivirla, no de acuerdo a cierto patrón de conducta, no de acuerdo a un condicionamiento, de acuerdo con lo que te han contado sobre ella.

NAMASTÉ


“Yo honro ese lugar en ti en donde habita el universo entero, yo honro ese lugar en ti que es un lugar de amor, de verdad, de luz. Y sé que cuando tú estás en ese lugar dentro de ti, y yo estoy en ese lugar dentro de mí, tú y yo somos uno solo.”

El significado de namasté

En algunos círculos, en especial los relacionados con Yoga o estudios tradicionales orientales, es muy habitual escuchar como saludo o despedida la palabra “Namasté”, este post es para centrar su significado y uso correcto.
Namasté es de origen hindú, concretamente del sur de la India sobre todo de las provincias de Kerala y Tamil Nadú, procede del sánscrito y su significado literal es “te reverencio”, (namas=reverencia te=a ti).
Evidentemente la palabra namasté ha trascendido su origen y actualmente esta ampliamente extendida en toda la India y en países con cultura o tradiciones budistas y como antes comentábamos se ha extendido en occidente en los círculos relacionados con Yoga o estudios tradicionales orientales.
Sin embargo, la palabra no es importante en el sentido esotérico, lo es mas la mudra, la postura que se utiliza para pronunciarla. El mudra adecuada para el saludo o despedida con namasté es concretamente las palmas abiertas y juntas, sobre el pecho o barbilla (en algunos lugares encima de la cabeza) y mientras se pronuncia la palabra namasté se inclina ligeramente la cabeza.
¿Y por que es importante la mudra?
El hinduismo considera que la mano derecha es el asiento de los pies de la divinidad, y la palma izquierda representa el cuerpo espiritual del devoto, la mudra pues, representa la unión entre la espiritualidad del ejerciente a la unión de todos los demás devotos a los pies de la divinidad. La inclinación de cabeza es una señal de respeto al contertulio o al saludado.

BENDECIR

Fatima Tomaeva

Bendecir significa “decir bien” de los demás o de uno mismo/a. Todas las formas religiosas tienen sus bendiciones, que no son otra cosa que eficaces anclas cognitivas y emocionales, una forma de sugestiones positivas. El problema de las bendiciones es que con la rutinización de las prácticas, dejan de tener valor y sentido, se hacen sin pensar y pierden así su eficacia. Cada una de las partes o momentos de una oración o celebración religiosa encierra herramientas de meditación y reflexión muy interesantes.
Otro problema de las bendiciones es que en un mundo y una sociedad en la que imperan las maldiciones (= decir mal del otro o de uno mismo/a), ir bendiciendo va claramente contra corriente, pero si las maldiciones tienden la trampa de la profecía autocumplida, con las bendiciones pasa lo mismo: se contagian y producen beneficios positivos en los otros y en nosotros mismos.
Edward de Bono en su libro “El poder del enfoque +” propone la positividad como una nueva religión y filosofía de vida. De hecho todas las religiones propugnan la vida en positivo, en el reino de las luz frente al reino de las sombras. Desde la PNL (Programación Neuro- Lingüística) lo que nos están diciendo es que hay dos mapas o posiciones perceptuales: la de las bendiciones (enfoque positivo) y la de las maldiciones (enfoque negativo). El ser humano es socializado incomprensiblemente en la desconfianza, en imaginarse lo peor, en atribuir los actos de los demás a motivos egoístas si son buenos y a rasgos de personalidad enfermiza si son malos. Si a eso le sumamos que nuestra mente es cómoda y está gobernada por leyes perceptivas que filtran la realidad, bendecir supone un esfuerzo, sí, pero como todo aprendizaje llega un momento que no cuesta nada y que produce mucha felicidad. E. de Bono tiene una frase en su libro muy reveladora: “la felicidad es una cuestión de percepción, depende dónde miremos”.
La importancia de las bendiciones en todas las religiones se plasma en conocidas expresiones o frases, por ejemplo del Cristianismo, en palabras de Lucas que llega a decir incluso “Bendecid a los que os maldicen”. Sobre las maldiciones, el psicólogo Allport en su conocida “escala del prejuicio” afirmó que el origen del mismo, el primer escalón es “hablar mal” del otro (maldecir). A partir de ahí los pasos siguientes son: evitar el contacto, marginar, violencia y exterminio. En el inicio de muchos actos violentos y crímenes por razón de creencia o cultura, hubo un “hablar mal del otro”, una maldición socializada. En el inicio de la violencia de género, alguien comenzó a hablar mal a alguien acerca del otro sexo.
Las bendiciones nos ayudarán a mejorar nuestras relaciones emocionales con los demás, y por la propia dinámica del espejo social, a nosotros mismos. Porque sin ser conscientes de ello, es posible que estemos maldiciendo más de la cuenta, incluso a nosotros mismos/as. Para aprender a bendecir vamos a realizar primero un ejercicio de “bendición personal”, ya que no puede bendecir a otros quien no se bendice a sí mismo, no puede amar a otros quien no se ama a sí mismo. En un segundo momento vamos a bendecir a otra persona en nuestra imaginación, para más tarde, cuando nos encontremos con esa persona, la veamos en positivo.
Una de las formas que tenemos de practicar las bendiciones en grupo es hacer lo que yo denomino la “receta de un elogio”, muy recomendable cuando se trata de reforzar comportamientos positivos en los demás. Esta receta de un elogio consiste en los siguientes ingredientes:
1. Describimos al otro exactamente el comportamiento que nos ha gustado (paso a paso).
2. Decimos por qué es importante ese comportamiento (valores nutritivos y vitaminas).
3. Aderezar con una sonrisa, un gesto de afecto y abundante estima.
4. Dejar 3 segundos a fuego lento en el corazón del otro.
5. Animar y alentar el comportamiento: listo para repetir.

Fuente: “12 metáforas para comprender y desarrollar tu Inteligencia Emocional”. César García- Rincón de Castro


12.23.2014

JUANA IBARBOUROU


VIDA GARFIO



Amante: no me lleves, si muero, al camposanto.
A flor de tierra abre mi fosa, junto al riente
alboroto divino de alguna pajarera
o junto a la encantada charla de alguna fuente.


A flor de tierra, amante. Casi sobre la tierra,
donde el sol me caliente los huesos, y mis ojos,
alargados en tallos, suban a ver de nuevo
la lámpara salvaje de los ocasos rojos.

A flor de tierra, amante. Que el tránsito así sea
más breve. Yo presiento
la lucha de mi carne por volver hacia arriba,
por sentir en sus átomos la frescura del viento.

Yo sé que acaso nunca allá abajo mis manos
podrán estarse quietas.
Que siempre como topos arañarán la tierra
en medio de las sombras estrujadas y prietas.

Arrójame semillas. Yo quiero que se enraícen
en la greda amarilla de mis huesos menguados.
¡Por la parda escalera de las raíces vivas
yo subiré a mirarte en los lirios morados!


HORACIO QUIROGA (1879-1937)



A LA DERIVA
(Cuentos de amor, de locura y de muerte, (1917)

         El hombre pisó blanduzco, y en seguida sintió la mordedura en el pie. Saltó adelante, y al volverse con un juramento vio una yararacusú que arrollada sobre sí misma esperaba otro ataque.
         El hombre echó una veloz ojeada a su pie, donde dos gotitas de sangre engrosaban dificultosamente, y sacó el machete de la cintura. La víbora vio la amenaza, y hundió más la cabeza en el centro mismo de su espiral; pero el machete cayó de lomo, dislocándole las vértebras.
         El hombre se bajó hasta la mordedura, quitó las gotitas de sangre, y durante un instante contempló. Un dolor agudo nacía de los dos puntitos violetas, y comenzaba a invadir todo el pie. Apresuradamente se ligó el tobillo con su pañuelo y siguió por la picada hacia su rancho.
         El dolor en el pie aumentaba, con sensación de tirante abultamiento, y de pronto el hombre sintió dos o tres fulgurantes puntadas que como relámpagos habían irradiado desde la herida hasta la mitad de la pantorrilla. Movía la pierna con dificultad; una metálica sequedad de garganta, seguida de sed quemante, le arrancó un nuevo juramento.
         Llegó por fin al rancho, y se echó de brazos sobre la rueda de un trapiche. Los dos puntitos violeta desaparecían ahora en la monstruosa hinchazón del pie entero. La piel parecía adelgazada y a punto de ceder, de tensa. Quiso llamar a su mujer, y la voz se quebró en un ronco arrastre de garganta reseca. La sed lo devoraba.
         —¡Dorotea! —alcanzó a lanzar en un estertor—. ¡Dame caña!
         Su mujer corrió con un vaso lleno, que el hombre sorbió en tres tragos. Pero no había sentido gusto alguno.
         —¡Te pedí caña, no agua! —rugió de nuevo. ¡Dame caña!
         —¡Pero es caña, Paulino! —protestó la mujer espantada.
         —¡No, me diste agua! ¡Quiero caña, te digo!
         La mujer corrió otra vez, volviendo con la damajuana. El hombre tragó uno tras otro dos vasos, pero no sintió nada en la garganta.
         —Bueno; esto se pone feo —murmuró entonces, mirando su pie lívido y ya con lustre gangrenoso. Sobre la honda ligadura del pañuelo, la carne desbordaba como una monstruosa morcilla.
         Los dolores fulgurantes se sucedían en continuos relampagueos, y llegaban ahora a la ingle. La atroz sequedad de garganta que el aliento parecía caldear más, aumentaba a la par. Cuando pretendió incorporarse, un fulminante vómito lo mantuvo medio minuto con la frente apoyada en la rueda de palo.
         Pero el hombre no quería morir, y descendiendo hasta la costa subió a su canoa. Sentóse en la popa y comenzó a palear hasta el centro del Paraná. Allí la corriente del río, que en las inmediaciones del Iguazú corre seis millas, lo llevaría antes de cinco horas a Tacurú-Pucú.
         El hombre, con sombría energía, pudo efectivamente llegar hasta el medio del río; pero allí sus manos dormidas dejaron caer la pala en la canoa, y tras un nuevo vómito —de sangre esta vez—dirigió una mirada al sol que ya trasponía el monte.
         La pierna entera, hasta medio muslo, era ya un bloque deforme y durísimo que reventaba la ropa. El hombre cortó la ligadura y abrió el pantalón con su cuchillo: el bajo vientre desbordó hinchado, con grandes manchas lívidas y terriblemente doloroso. El hombre pensó que no podría jamás llegar él solo a Tacurú-Pucú, y se decidió a pedir ayuda a su compadre Alves, aunque hacía mucho tiempo que estaban disgustados.
         La corriente del río se precipitaba ahora hacia la costa brasileña, y el hombre pudo fácilmente atracar. Se arrastró por la picada en cuesta arriba, pero a los veinte metros, exhausto, quedó tendido de pecho.
         —¡Alves! —gritó con cuanta fuerza pudo; y prestó oído en vano.
         —¡Compadre Alves! ¡No me niegue este favor! —clamó de nuevo, alzando la cabeza del suelo. En el silencio de la selva no se oyó un solo rumor. El hombre tuvo aún valor para llegar hasta su canoa, y la corriente, cogiéndola de nuevo, la llevó velozmente a la deriva.
         El Paraná corre allí en el fondo de una inmensa hoya, cuyas paredes, altas de cien metros, encajonan fúnebremente el río. Desde las orillas bordeadas de negros bloques de basalto, asciende el bosque, negro también. Adelante, a los costados, detrás, la eterna muralla lúgubre, en cuyo fondo el río arremolinado se precipita en incesantes borbollones de agua fangosa. El paisaje es agresivo, y reina en él un silencio de muerte. Al atardecer, sin embargo, su belleza sombría y calma cobra una majestad única.
         El sol había caído ya cuando el hombre, semitendido en el fondo de la canoa, tuvo un violento escalofrío. Y de pronto, con asombro, enderezó pesadamente la cabeza: se sentía mejor. La pierna le dolía apenas, la sed disminuía, y su pecho, libre ya, se abría en lenta inspiración.
         El veneno comenzaba a irse, no había duda. Se hallaba casi bien, y aunque no tenía fuerzas para mover la mano, contaba con la caída del rocío para reponerse del todo. Calculó que antes de tres horas estaría en Tacurú-Pucú.
         El bienestar avanzaba, y con él una somnolencia llena de recuerdos. No sentía ya nada ni en la pierna ni en el vientre. ¿Viviría aún su compadre Gaona en Tacurú-Pucú? Acaso viera también a su ex patrón mister Dougald, y al recibidor del obraje.
         ¿Llegaría pronto? El cielo, al poniente, se abría ahora en pantalla de oro, y el río se había coloreado también. Desde la costa paraguaya, ya entenebrecida, el monte dejaba caer sobre el río su frescura crepuscular, en penetrantes efluvios de azahar y miel silvestre. Una pareja de guacamayos cruzó muy alto y en silencio hacia el Paraguay.
         Allá abajo, sobre el río de oro, la canoa derivaba velozmente, girando a ratos sobre sí misma ante el borbollón de un remolino. El hombre que iba en ella se sentía cada vez mejor, y pensaba entretanto en el tiempo justo que había pasado sin ver a su ex patrón Dougald. ¿Tres años? Tal vez no, no tanto. ¿Dos años y nueve meses? Acaso. ¿Ocho meses y medio? Eso sí, seguramente.
         De pronto sintió que estaba helado hasta el pecho. ¿Qué sería? Y la respiración también...
         Al recibidor de maderas de mister Dougald, Lorenzo Cubilla, lo había conocido en Puerto Esperanza un viernes santo... ¿Viernes? Sí, o jueves...
         El hombre estiró lentamente los dedos de la mano.
         —Un jueves...
         Y cesó de respirar.


12.21.2014

ACEPTACIÓN



Aceptarse uno mismo, aceptar la situación, aceptar el estado de las cosas… son conceptos, ideas que están en el aire y que la mayoría maneja de manera regular. Pero, ¿qué es realmente la Aceptación? Desde el entorno del crecimiento personal y la espiritualidad, la aceptación es la manera de “dejarse fluir”, de no oponer una resistencia dolorosa a lo que pueda resultar molesto en nuestra personalidad, en nuestro físico, nuestra situación personal o en los comportamientos de otras personas, instituciones, etc.
La mirada del que acepta es más amplia, es una mirada desde un punto alejado, desde arriba, que permite valorar que hay un propósito, una razón, una causa mucho más grande que el pequeño sentir humano, para que esa circunstancia sea como es y no como a lo mejor desearíamos que fuera. Una mirada consciente, despierta, nos permite tomar otra perspectiva ante lo que puede suponer un problema a priori. Ver todo el cuadro, con todos sus componentes, a veces minimiza el sufrimiento, a veces nos da un visión de un aspecto de esa cuestión que no habíamos tenido en cuenta por estar obcecados, porque el dolor nos nubla la vista, o el enfado nos impide abrirnos a otras consideraciones. Aceptar lo que Es, es el comienzo para dar el salto hacia el cambio, si no,  nos instalamos en la queja y en la expectativa, nos enganchamos a una emoción que probablemente sólo nos perjudica. Acepto que estoy triste, nervioso, preocupado, que esta persona se ha ido, pero no me dejo arrollar por estas emociones, les doy el lugar que les corresponde y continúo viviendo.

ONDAS

La Aceptación no es una rendición, sobre todo si hablamos de una persona con una consciencia y una mentalidad abiertas, que conoce las dañinas consecuencias de la lucha interna y externa y ha encontrado que se pueden realizar más cambios de los que parece con una actitud amorosa, paciente, honesta y comprensiva.
La Aceptación no nos hace perder nuestro sentido crítico ni consiste en dejar que decidan por nosotros. Es una postura mucho más elevada y profunda. Se trata de apartarse de la tiranía del ego para dejar paso al lenguaje del corazón.
Aceptarse a uno mismo es amarse a uno mismo, valorarse con las virtudes y defectos que uno pueda tener, teniendo presente que todo es perfecto en este instante. Y de uno, extrapolar esa concepción a lo que está fuera, a la familia, los amigos, los compañeros de trabajo, el tendero, el camarero, el mundo.
Todo está bien, lo que no significa que no haya nada que mejorar, pero podemos aceptarlo y seguir en el camino de aportar lo que podamos en la dirección que entendemos que es la correcta para que haya cambios. Con serenidad, con honestidad, con generosidad, sobre todo, hacia uno mismo. Los animales viven el presente y aceptan a sus personas, sus cuidadores y compañeros, tal y como son, incluso cuando les hacen sufrir. Aceptan. Viven en el Amor Incondicional.


La práctica prolongada de Meditación descubre en nosotros esa capacidad de aceptar, nos hace entrar en contacto con la parte más espiritual, limpia y pura de meditacion-FLUIR nuestro Ser y allí encontramos ese Amor Incondicional, allí encontramos la Verdad de lo que Somos, esos Seres maravillosos que pueden conquistar cualquier territorio con Amor.

KARMA


Se puede entender el Karma como una ley universal que consiste en que a toda acción le acompaña una reacción. El karma no tiene porque ser siempre malo, las acciones buenas también  generan una reacción positiva para nosotros y para nuestro entorno.
El karma no tiene porque ser instantáneo siempre, en ocasiones el karma regresa en el momento menos esperado y de una forma poco identificable.
Hay leyes universales que están por encima del razonamiento humano, y el karma es una de ellas. El karma tiene dos aspectos: justicia divina y aprendizaje.
Es interesante conocer qué es karma y cómo funciona para ser más libres. La ignorancia de este tipo de leyes naturales puede hacer que vivamos en un bucle de eventos negativos en nuestras vidas y nunca encontremos el motivo de esto.

karma II


El karma no solo es individual, sino que también existen karmas como sociedad, como países. Tanto las acciones individuales como las colectivas nos afectan a todos. Comprender esto hará que recuperemos la libertad tan necesaria en nuestras vidas.
El karma hace que regrese lo que nos ganamos. El karma es coherente, congruente. Cuando entendemos cómo funciona el karma, es fácil actuar para vivir de una manera coherente y equilibrada.
El karma está muy unido a nuestro desarrollo personal. Si queremos que nuestra práctica diaria tengo resultados e ir evolucionando como personas es imprescindible generar buen karma.
Si algo se está repitiendo en nuestras vidas y queremos que desaparezca de una vez puede ayudar bastante analizar el hecho porque seguro tiene algo pendiente de integrarse en nuestra vida, y siempre teniendo en cuenta la ley del karma.

LOS CHAKRAS

Los chakras, del sánscrito rueda o disco, son vórtices energéticos situados en los cuerpos sutiles del ser humano, es decir, no están en su cuerpo físico (aunque guardan una estrecha relación con él), sino en el astral o espiritual. Su tarea es la recepción, acumulación, transformación y distribución de la energía llamada prana: la energía universal que entra en el cuerpo mediante la respiración, según los ocultistas.
Se dice que tenemos más de 100 chakras menores o secundarios que se realcionan directamente con nuestro cuerpo físico (son aquellos con los que se trabaja en acupuntura, por ejemplo), pero en la presente publicación nos centraremos en los 7 principales, que son aquellos que se vinculan con los cuerpos emocional y espiritual.

PRIMERO: CHAKRA RAÍZ




El primer chakra se encuentra bajando por la columna vertebral, justo en la base del cóccix, entre los genitales y el ano. Es la raíz del ser, la conexión más profunda de nuestro cuerpo con la tierra. Con este chakra podemos asociar el instinto animal que todo ser humano lleva, el instinto de supervivencia. Es ahí donde se cubren las necesidades básicas, primarias. Representa nuestra condición material, y el sexo como reproducción y preservación de la especie únicamente.
Representa el derecho a tener. El derecho a estar aquí, recibir lo necesario para la supervivencia, alimentos, ropa, vivienda, tolerancia, calor humano, contacto físico, etc.
En términos energéticos este chakra canaliza la energía de la tierra en sentido ascendente a través de los pies y las piernas con el fin de procesarla y estabilizarla.
El funcionamiento de este chakra determinará nuestra conexión con la tierra y la materia. Suele llamárselo como el ancla del espíritu. Está relacionado con una sustancia (ubicada a lo largo de la columna vertebral) que mantiene al cuerpo en forma y cuando no funciona bien se presentan las enfermedades y el cuerpo empieza un proceso de deterioro.
Este chakra está asociado con el sexo. Es también el lugar donde más intensa energía hay en el cuerpo humano, aquella energía que nos permite generar vida. Contiene nuestras raíces, incluyendo valores, creencias y herencia familiar, sentimientos originales acerca de nosotros mismos, nuestro derecho a existir, nuestro derecho a ocupar espacio, nuestro derecho a ser amado, nuestro derecho a que nuestras necesidades se vean satisfechas. La programación que afecta a nuestras necesidades básicas, incluyendo la necesidad de dinero, amor/ser amado, sexo, alimento, aire, agua, vivienda, energía material para alcanzar el propósito en la vida.
Es en este chakra en donde ocurre la primera prueba de concientización. Es en donde, cada uno de nosotros en última instancia defiende el sentido de su ser o el dejarse absorber por las normas culturales que rigen en ese momento. Todos estamos sometidos, de manera directa o indirecta, a condicionamientos culturales. Las expectativas de la familia, la escuela, la iglesia, los amigos y los compañeros de trabajo proporcionan un fuerte mensaje sobre cuán acorde deberíamos estar con los demás.
La señal clave que nos indicará cuando el chakra raíz se encuentra cerrado o bloqueado, será la inseguridad. Si nosotros sentimos que no tenemos suficientes recursos para cubrir nuestras necesidades económicas, ropa, casa, comida, etc. entonces crearemos un sentimiento de inseguridad y actuaremos guiándonos por él. Al entrar en este juego estaremos creando más armas de inseguridad y de inestabilidad haciéndose una cadena interminable. Nuestros desequilibrios externos provienen de nuestro desequilibrio interno y no al revés, y es de adentro hacia fuera como se pueden cambiar las cosas.


SEGUNDO: CHAKRA SACRO


El segundo chakra se ubica dos dedos de ancho por debajo del ombligo. En Japón se le conoce como hara chakra. Está ligado a la vida y es el responsable de la vida sentimental, la fuerza vital y la creatividad.
Representa el derecho a sentir. Vivimos en una cultura que reprime la expresión de la emotividad, que considera débiles a los que demuestran su parte más sensible, y ello hace que se reprima nuestro derecho a sentir. Sin saber lo que sentimos no podemos averiguar qué es lo que deseamos.
Este chakra se relaciona con la sexualidad y la creatividad. Se relaciona con los testículos o los ovarios, ya que estos crean las hormonas involucradas en la reproducción y pueden causar dramáticos cambios de ánimo. Es nuestro nivel lunar de fertilidad, crecimiento físico y reproducción de la especie, correspondiendo al cuerpo egoico o emocional inferior que forma el ego.
El segundo chakra, es distribuidor de la energía solar, está a la altura del bazo, encima de los órganos genitales. Su función es la de controlar la lengua, manos, piernas, riñones y glándulas suprarenales. El dona el poder  de sentir las vibraciones sutiles. Su activación estimula la creatividad, la sensualidad y las relaciones.
Es el de la creatividad, el conocimiento y la atención puras, proporciona el sentido de la estética, el arte y la música y la apreciación y la conexión con la naturaleza. Es el que nos conecta con la fuente interna de inspiración y nos permite apreciar la belleza que nos rodea.
El conocimiento puro que este chakra nos otorga no es mental, sino que es una percepción directa y absoluta de la realidad. En este centro se encuentra nuestra capacidad de concentración y atención.
El principal impulso de este centro es la búsqueda del placer. Es el centro de nuestros sentimientos y nuestra creatividad. Capacidad de dar y recibir amor y placer en una relación de pareja. Está relacionado con la calidad del amor hacia la pareja que puede tener la persona.
La principal clave para notar un desequilibrio es el deseo de perderse en el sexo, el alcohol, las drogas, la comida o en cualquier otra sensación estimulante. Las fantasías sexuales, aunque no haya actividad real, también son motivadas por el deseo de este chakra que conduce a la imaginación. Esto podría fácilmente llevar a ver a todo el mundo en términos de su potencia sexual.
El chakra sacro tiene relación con la capacidad de discernir lo que es positivo para nuestra evolución y aquello que no lo es. Con la energía o poder del lado izquierdo, deseamos. Con el lado derecho entramos en acción. En este chakra se encuentra alojada la fuerza de vida en relación directa con la acción, la acción en el mundo, la ac­ción interna que deviene la acción externa en respuesta a sus necesidades. Ha sido creado para nuestra acción. Cuando entramos en acción este chakra comienza a trabajar.
El chakra sacro es el segundo centro unido a la Tierra. Nos permite espiritualizar la materia, mirar en la materia y utilizarla para que nos sirva. No para que la materia nos bloquee, sino para que la materia nos sirva.

TERCERO: CHAKRA DEL SOL



Se ubica a la altura del estómago. Desde allí el hombre sale al mundo. Los aspectos asignados a este chakra son la irradiación, el coraje, la capacidad de imponerse, la individualidad y el poder. Se encuentra en la boca del estómago, tiene influencia sobre nuestro aparato digestivo cuando está bien activado, actúa sobre el subconsciente e ilumina la mente, desarrolla un importante grado de prudencia. Su desequilibrio crea la necesidad de consumir azúcares, da celos excesivos.
Representa el derecho a obrar. En ocasiones, este derecho nos lo mengua la autoridad abusiva o excesiva por parte de los padres y/o tutores.
Se encuentra encima del ombligo, controla el bazo, hígado, páncreas, intestinos, etc. Es nuestro nivel mercurial de asimilación nutricia y memoria, correspondiendo a nuestro cuerpo etéreo o mental inferior que forma la memoria. Cuando está abierto nos da un fuerte instinto de conservación, comunicación y destrezas mentales y manuales.
Es el que nos da la cualidad de la generosidad y el sentido completo de satisfacción y felicidad. Proporciona rectitud y un sentido interno de moralidad, dándonos el equilibrio en las diferentes facetas de nuestra vida, así mismo otorga generosidad incondicional, total satisfacción y una profunda paz interior. Autoestima, acción, vitalidad, sabiduría espiritual y conciencia de la universalidad de la vida y del propio sitio dentro de ella. El centro del plexo solar es muy importante en lo que se refiere a la capacidad de conexión humana. Cuando una persona crea una relación con otro ser humano, crecen cordones entre sus respectivos chakras del plexo solar. Cuando más fuertes son las conexiones entre ambas personas, mayor fuerza y número tendrán esos cordones. En los casos en que se está terminando la relación, los cordones se van desconectando lentamente.
Funciona como almacén de los juicios, opiniones y creencias que hemos reunido acerca de nosotros mismos y del mundo. Estos juicios a su vez afectan nuestra autoestima y nuestra confianza en nosotros mismos. Es quizás por esta razón por lo que este centro es visto como la fuente del conocimiento que nos dice como operar dentro de la sociedad y el mundo. El sentirse firme y enérgico y tener idea de cuánto poder se tiene, el reconocerse a sí mismo como un individuo separado del mundo y aun así ser capaz de tener un rol en ese mundo, son las motivaciones de este chakra.
Aquí está la habilidad de definir limites, decir “si” cuando se quiere decir si y “no” cuando se quiere decir no. La necesidad de elegir es una conducción importante del tercer chakra.
Mientras que el primer chakra se satisface con la supervivencia y el segundo chakra está buscando constantemente el placer, el tercer chakra se preocupa del desarrollo del autocontrol. El discernimiento es la característica principal del tercer chakra y es ahí donde la mente protesta.
El plexo es la sede, el centro, el receptáculo de las emociones. Las emociones forman parte del movimiento de vida. Las emociones son un movimiento. Por eso, algunas veces, en el receptáculo del plexo, hay agitación, tempestad o calma, pues las emociones son el movimiento de la vida.
El tercer chakra es el autodominio, la autodeterminación y la restricción. Es nuestra decisión, es la forma en la que nos dirigimos con firmeza y energía, convencidos de lo que queremos. Aquí nos reconocemos a nosotros mismos y reconocemos nuestra fuerza y nuestro poder, marcamos nuestros límites, sabemos decir que si cuando lo queremos, y también sabemos decir que no cuando así lo deseamos, con absoluta convicción sin culpas y sin afán de hacer daño a nadie. El discernimiento es la característica de este chakra, aquí están nuestra ética y nuestro código moral. Es autoconocernos y discernir hasta donde podemos llegar para conseguir nuestras metas y después actuar.
Un tercer chakra bloqueado se manifiesta en personas que se empeñan en ser el centro de atención, las que se afanan en no cometer errores, personas egoístas que quieren que todo gire con base en sus deseos, manipuladoras, chantajistas y controladoras. Pero también se puede ver la otra cara de la moneda: están quienes se dejan dominar por todos, que no tienen confianza en sí mismas, que se sienten débiles y desvalidas, que no saben decir que no, que hacen todo aquello que le imponen incluso sabiendo que les puede dañar.
A nivel fisiológico el bloqueo de este chakra puede provocar trastornos en la digestión y el metabolismo. Adicción a sustancias que provocan la ilusión de aumentar la energía, como la cafeína, azucares anfetaminas o cocaína, que proporciona un alivio temporal, pero cuyo resultado final es una falta mayor de energía. La fatiga crónica el sistema inmunológico no tiene fuerza para luchar contra los gérmenes.
CUARTO: CHAKRA CORAZÓN


Está ubicado en el centro del pecho y también representa el punto central de la serie de chakras. Se lo considera el centro del amor. De aquí fluye la energía en ambas direcciones; ella une los chakras inferiores con los superiores. La capacidad de brindar y recibir amor de todo corazón y desinteresadamente. El chacra del corazón es responsable de la transformación y de ofrecerse con confianza a la vida.
Representa el derecho a amar y a ser amado. En la familia puede este derecho mermado cuando los padres no atienden a su hijo de manera constante e incondicional, este amor bajo condiciones atenta contra la autoestima del niño. Es responsable de la compasión y el amor sin egoísmo, del discernimiento y la trascendencia.
Se relaciona con emoción, compasión, amor, equilibrio y bienestar. Se relaciona con la glándula timo, que además de ser parte del sistema endocrino es parte del sistema inmunológico, responsable de defender el cuerpo ante agentes patógenos, es decir que causan enfermedades, y estrés.
El cuarto chakra es el lugar donde reside el espíritu, nuestro verdadero ser. Desde el corazón se manifiesta el amor y la compasión, y este chakra nos proporciona el sentido de la responsabilidad. En su parte central, a la altura del esternón se manifiesta como completa seguridad y confianza en uno mismo. La mayoría de nuestras decisiones serian prosperas y auténticas si fueran hechas por el corazón, el centro de las relaciones, el amor y la compasión.
En el interior del chakra corazón, reside el ser, el espíritu. El espíritu se manifiesta cuando se abre el corazón. En ese momento se siente el gozo puro de la creación y el sentido y el propósito de nuestro lugar en el mundo. La cualidad del chakra corazón es el amor puro e incondicional. El chakra corazón es un centro cuya fuerza irradia con particular intensidad hacia el exterior. Este chakra abierto tendrá un efecto espontáneo curativo y transformador en otras personas. Es la base de una personalidad sana.
Entre los bloqueos propios de este chakra aparecen los que provienen de un exceso de energía en sí mismo. Un chakra debilitado se manifiesta en el cuerpo físico por medio de un pecho hundido y con presión en el esternón, lo que hace que la respiración sea difícil y forzada. En esta situación estarían las personas con tendencia a encerrarse en sí mismas, a evitar las relaciones interpersonales, a tener pensamientos negativos, miedos, etc.
Desde la perspectiva energética, existen tres tipos de amor:
Amor personal. Este tipo de amor es el que más disfrutamos, es el que se genera con nuestros seres queridos. Es el amor de pareja, en donde la chispa y las emociones se disfrutan a gran escala. Amando en esta etapa, con el corazón abierto, bastará con un poco de voluntad para que la etapa de noviazgo, el cortejo, la conquista, los detalles, estén vivos dentro del matrimonio.
En esta etapa todavía existen apegos a nivel emocional, esto hace que se manifieste en forma de miedo, el miedo a perder a nuestra pareja es uno de ellos, esto se debe a que todavía estamos viviendo a partir de nuestros chakras inferiores. Cuando equilibras el amor compasivo, este temor disminuye para disolverse totalmente con el amor universal.
Amor compasivo. Sentimos compasión por nuestros seres queridos y con nuestro corazón despierto, solamente deseamos ayudarles en todo. Esta compasión se expande hacia todos los seres, pero ya no nos involucramos, vivimos los problemas sin que esto nos produzca sufrimiento, y la gente se puede contagiar de esta alegría de vivir y disfruta nuestra ayuda, porque ya no somos parte del sufrimiento.
El perdón es la parte más relevante en este tipo de amor, se necesita mucha compasión para aceptar que todos tenemos una parte oscura que sale provocando daño consciente o inconscientemente. Sabemos comprender y perdonar.
Amor universal. Esta es la expresión máxima de amor, aquí se unen todos nuestros chakras. Y vivimos el amor pleno de manera impersonal. Sentimos como la energía del universo fluye a través de nosotros atrayendo a personas y circunstancias que nos darán alegría, amor, paz, felicidad, etc. Ya no existe el temor a la carencia porque la abundancia es parte de nosotros. Al no haber apegos te conectas a la fuente que te provee de energía y puedes seguir dando sin que esto te afecte, ya no hay dependencia emocional con nadie, porque vives a partir del corazón y del amor que fluye a través de él. El miedo ya no ocupa nuestra atención, en su lugar, vivimos a partir de la certeza.

QUINTO: CHAKRA GARGANTA


Se ubica en el centro del cuello sobre la laringe. Se lo considera el centro de la comunicación. A través de la voz nos comunicamos con el mundo exterior Cuanto más regular y fuerte sea la vibración del quinto chakra, mí clara será la expresión vocal, lo que advierte la presencia de un persona con un marcado chakra del cuello. Simboliza el desprendimiento, la relajación y la expresión de la verdad interior.
Representa el derecho a decir y a escuchar la verdad. Cuando no se nos permite hablar delante de los nuestros, cuando no se nos escucha lo que decimos, cuando no se nos habla con sinceridad, cuando se nos exige a seguir creyendo en los mitos de la familia o se nos critica o cuestiona por hablar, se nos traiciona nuestra confianza revelando asuntos privados, etc., vamos cerrando el chakra, y perdiendo nuestro derecho a hablar.
Este chakra influye en la comunicación y expresión, en el oído interno y en la telepatía. Rige la tiroides, los bronquios, el interior de la boca y en la clarividencia.
Cuando está abierto nos activa la voluntad, la capacidad de crear, de pronunciar el verbo para actuar y realizar, es el don de la humanidad actual que forma su alma divina.
Este chakra aporta la energía que se necesita para comunicarnos con los demás. Su buen estado repercute en que las relaciones sean correctas y en que podamos expresar las percepciones del corazón. Este chakra se obstruye con los sentimientos de culpa y cuando culpabilizamos a otros con nuestra arrogancia, es decir, cuando se falta a la dignidad propia o ajena.
Es muy útil para manifestar y para la autoprotección. A través de el , expresamos lo que pensamos, sentimos, vemos, deseamos y detestamos. La parte frontal de este chakra suele conocerse como el “asiento de la responsabilidad”, pues es a través de ella como decimos “sí” o “no” a las opciones de la vida. Vinculado también con el alma, este chakra es visto como un transmisor para la expresión de sus deseos por parte del alma.
Este chakra incluye aquellas cualidades que gobiernan la comunicación con nosotros. Conforme despierta, se descubre un mayor respeto por uno mismo y por los demás. El ego no se infla de orgullo ni uno se siente enfadado por la agresión o la crítica. En él se manifiesta el poder de ser testigo. Mediante la práctica diaria de la meditación, uno acaba identificándose con el espíritu. En este estado de unión con el espíritu uno se hace testigo de su cuerpo, de su mente, de sus pensamientos, de sus emociones y por último, del teatro de la vida.
La culpa y falta de confianza en uno mismo impiden el normal funcionamiento de este centro, el preocuparse en exceso por los demás y sentirse responsable por sus errores también dañan este chakra, solo siendo el testigo podremos ver las cosas desde la perspectiva correcta. Cuando nos involucramos, la ansiedad distrae nuestra atención y, en lugar de encontrar una solución, aumentamos el problema.
A través del chakra del cuello manifestamos todo lo que vive en nosotros, nuestra risa y nuestro llanto, nuestros sentimientos de amor y de alegría o de angustia y de ira, nuestras intenciones y deseos, igualmente nuestras ideas, intuiciones y nuestra percepción de los mundos interiores. La culpa reprimida se acumula en forma de cólera y sobrecarga el chakra. Finalmente esta acumulación de cólera reprimida da paso a la negatividad. La pesada carga de este chakra ejerce presión sobre el chakra inferior. La voz de la expresión creativa.

SEXTO: EL TERCER OJO


El chakra del entrecejo está dentro del cerebro, en medio de las cejas, donde se localiza la glándula pineal. A menudo se le llama a este chakra el tercer ojo. Es el asiento de la creatividad mental, la capacidad de visualizar y la fuente de las habilidades psíquicas. Es la localización de la mente, el gurú interior, la puerta de entrada a nuestro viaje espiritual. Pertenece al mundo del espíritu donde permanecen los principios del hombre.
Representa el derecho a ver. Este derecho se ve agredido cuando quieren convencernos de que no es cierto lo que hemos visto, se nos oculta deliberadamente las cosas o se pone en duda nuestra visión de las cosas. Debemos hacer valer nuestro derecho a ver, porque nos ayudará a recuperar nuestras facultades intuitivas.
Físicamente este chakra gobierna la glándula pituitaria, la parte izquierda del cerebro, el ojo izquierdo, las orejas, nariz y el sistema nervioso en general. Cuando está bien activado se desarrolla la templanza, la dignidad, grandeza, sentimientos delicados y produce la clarividencia positiva. Su desequilibrio hace que se sea ilógico, distraído, demasiado intelectual y hace tener miedo al futuro.
Se encarga del perdón y la comprensión, y permite trascender de la consciencia mental pensante a la consciencia espiritual sin pensamiento. Cuando este chakra se abre, entendemos el verdadero significado del perdón, al igual que nos hacemos conscientes del mal que nos hace el odio y el rencor. Estos últimos son incompatibles con la paz y el amor a los que un ser humano aspira desde el interior noble de su espíritu.
Reverenciado desde tiempos antiguos, este chakra, también llamado el tercer ojo, es nuestro centro visual interno y externo. A través de él obtenemos, registramos y enviamos imágenes, símbolos, colores e imágenes que representan la realidad. Relacionado con la hipófisis este centro regula muchas de nuestras funciones hormonales y endocrinas, basando su salud física en nuestros objetivos y la imagen que tenemos de nosotros mismos.
A través del sexto chakra se consuma la percepción consciente del ser. En él se asienta la fuerza psíquica superior, la capacidad intelectual de diferenciación, la capacidad del recuerdo y de la voluntad; y a nivel físico es la central de mandos suprema del sistema nervioso central.

SÉPTIMO: CHAKRA CORONA


Está ubicado en el punto más alto de la cabeza. Aquí nos abrimos a mundo espiritual y tomamos conciencia de la unidad cósmica. A través de este chakra estamos ligados a la razón de todo ser, a lo divino y nos sentimos plenamente acogidos dentro de él.
Representa el derecho a saber. El derecho a la verdad, a la información, a la educación y a los conocimientos. Imponer una creencia espiritual a otra persona atenta contra el derecho de saber, cada persona tiene el derecho de saber que más le conviene.
Es el chakra del sentido, el chakra maestro que controla a los demás. Su rol sería parecido al de la glándula pituitaria, que segrega hormonas para controlar el resto del sistema endocrinológico, y que también se conecta con el sistema nervioso central a través del hipotálamo.
Está relacionado con la conexión de la persona con su espiritualidad y con la integración de todo su ser, físico, emocional, mental y espiritual. El séptimo chakra integra los seis anteriores con todas sus cualidades y aspectos. Se encuentra situado en el punto supremo, encima de nuestra cabeza y en el centro. Integración de la personalidad total con la vida y los aspectos espirituales de la humanidad. Representa el último escalón en la evolución de la consciencia humana. La humanidad en su globalidad se encuentra ante la posibilidad de despertar este chakra. El chakra corona nos da la percepción directa de la realidad.
Dado que está conectado con planos superiores, el séptimo chakra es visto como el centro de nuestra divinidad, el lugar a través del cual conocemos nuestra unidad con la fuente divina y con todos los otros seres espirituales. Al perder el ego y los condicionamientos se disfruta de la dicha del divino. Este es un lugar celestial, mucho más allá de cualquier imaginación fantástica.
El chakra corona es la fuente y punto de partida para la manifestación de todas las restantes energías de los chakras. Aquí estamos unidos con el ser divino, sin atributos y amorfo, que contiene en sí todas las formas y atributos no manifestados. La apertura y armonización de los chakras descritos hasta ahora pueden transmitirnos una gran plenitud de conocimiento, experiencias y capacidades. Pero sin la apertura del chakra corona siempre tendrás la sensación de separación de la plenitud del ser, y por ello no estarás totalmente libre de la angustia. Por esta angustia, en los chakras se seguirá manteniendo un resto de bloqueos residuales. Los chakras no podrán desplegar toda la amplitud de sus posibilidades, y las energías individuales no vibraran en perfecta consonancia con la intención del creador, y, por lo tanto no habrá plena armonía entre ellas.
El chakra de la corona es una puerta abierta a la comunica­ción y a la canalización. Es el chakra de la comunicación ce­leste y de la comunicación interior. Sin este chakra, no podríamos vivir. Tenemos necesidad de alimentaros del cielo, igual que necesitamos alimentaros de la tierra. Este chakra también es llamado la puerta del cielo, como una puerta de recepción y de emisión. Desde este chakra emana la glándula pineal loca­lizada en el centro de nuestro cerebro. Es un centro de comunicación que alimenta a todos los centros de energía localizados en nuestra envoltura física. Nutre a todos esos centros con la vibración de sus planos superiores de conciencia.
Un bloqueo de este chakra hará que la apertura y armonización de los chakras inferiores, así como la experiencia y conocimiento adquiridos por medio de ellos nos sintamos separados de la plenitud del ser. Todo ello impedirá que nos sintamos realizados por completo al no eliminar todo el miedo y la inseguridad. Dicho bloqueo evitará que la energía de los demás chakras vibren en armonía con la creación y entre ellas misma.

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