2.28.2014

CARNAVAL

Pieter Bruegel

El tiempo es realmente propicio para explicar la Cuaresma, pero, ¿qué significado tiene que el Carnaval la preceda?
obispillo Carnaval, viene de “Carnem Levare”, que literalmente significa ‘privar’ la carne. Ya en el imperio romano, el Carnaval, se cultivaba en honor a Saturno y a Pan; durante estos días primaban la permisividad total y las críticas contra las instituciones, véase la autoridad, el poder o la religión. De igual manera, predominó el carnaval durante la Edad Media con fiestas como la del Obispillo o la de los Locos, celebradas entre la Navidad y la Cuaresma y en las que se desquitaban de todo lo que se les prohibiría en el posterior tiempo de ayuno.
El Carnaval y la Cuaresma han sido trasladados al arte con una iconografía propia: se trata del Combate entre don Carnal y doña Cuaresma que el Arcipreste de Hita nos explica en el Libro del Buen Amor hacia el año 1330. Simbólicamente, el carnaval es un hombre mundano y amante de los placeres personificado en don Carnal, quien es retado por doña Cuaresma a sostener una batalla durante la semana anterior al Miércoles de Ceniza. Así es que el ejército de don Carnal, amante de los excesos, tiene más adeptos y es más poderoso que el de la rival, sin embargo, tras un fastuoso banquete le entra un sueño atroz y doña Cuaresma aprovecha para aprisionarlo.  Ésta le obliga a penitenciar y a ayunar para que se le perdonen los pecados, perdiendo así la batalla, y alzándose doña Cuaresma como la vencedora de una iglesia triunfal.
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El Combate entre el don Carnaval y doña Cuaresma, obra de Pieter Brueghel de 1559.
La cuaresma por su parte, también tiene su labor, comienza el miércoles de Ceniza y termina en Jueves Santo, y se trata ni más ni menos que del período de preparación para la fiesta de la Pascua de Resurrección. Durante este tiempo, debería predominar el color morado que significa luto y penitencia, pero ante todo, en tiempo de cuaresma se debe ayunar, dar limosna y rezar. Esta tradición comienza hacia el siglo IV en que se constituye el tiempo de penitencia y renovación de la Iglesia Católica.
Será Pieter Brueghel quien en 1559 se encargue de darle forma pictóricamente. Lo que vemos en su obra es una escena típica de la época con dos clases claramente diferenciadas. A la izquierda, el carnaval: el goce, el baile, las tabernas y don Carnal sobre un barril a la cabeza de la pugna. A la derecha, su rival doña Cuaresma, representada por una anciana, rodeada de los alimentos permitidos, los niños educados, los parroquianos ayudando a los enfermos y de fondo la iglesia. Se trata de un teatro abierto que representa el contraste entre dos modos de vida.
El hedonismo del Carnaval es el testigo más fiel en la actualidad del paganismo heredado del mundo romano, por otro lado, la sobriedad espiritual de la Cuaresma es la muestra de la moral cristiana impuesta durante el medievo. Ambos sustratos unidos: la filosofía clásica y la cristiandad son hoy la esencia de la identidad cultural europea.

Juan Ruiz - Arcipreste de Hita

De la pelea que ovo don Carnal con la Quaresma.

Açercándose viene un tiempo de Dios santo, 1067
fuime para mi tierra por folgar algún rato,
dende a siete días era Quaresma tanto
puso por todo el mundo miedo e grand' espanto,
Estando a la mesa con don Jueves Lardero, 1068
truxo a mí dos cartas un ligero trotero,
desirvos he las notas, ser vos tardinero,
ca las cartas leídas dilas al mensagero.
«De mí, Santa Quaresma, sierva del Salvador, 1069
»enviada de Dios a todo pecador,
»a todos los arçiprestes et clérigos con amor,
»salud en Jesu Christo fasta la pasqua mayor.
»Sabed, que me dixieron, que ha çerca de un año, 1070
»que anda don Carnal sañudo muy estraño
»astragando mi tierra, fasiendo mucho daño,
»vertiendo mucha sangre de lo que más me asaño:
»Et por esta rasón en vertud de obediençia 1071
»vos mando firmemente so pena de sentençia,
»que por mí e por mi ayuno e por mi penitençia,
»que lo desafiedes con mi carta de creençia.
»Desidle de todo en todo, que de hoy siete días 1072
»la mi persona mesma, e las compañas mías
»iremos pelear con él, e con todas sus porfías,
»creo que se me non detenga en las carneçerías.
»Dadla al mensajero esta carta leída, 1073
»liévela por la tierra, non la traya escondida,
»que non diga su gente, que non fue aperçebida:
»dada en Castro de Ordiales, en Burgos resçebida.»
Otra carta traía abierta e sellada, 1074
una concha muy grande de la carta colgada,
aquél era el sello de la dueña nombrada;
la nota es aquésta, a don Carnal fue dada:
«De mí doña Quaresma, justiçia de la mar, 1075
»algoaçil de las almas, que se an de salvar,
»a ti Carnal goloso, que te non coydas fartar,
»envíote el ayuno por mí desafiar.
»Desque hoy en siete días tú e tu almohalla 1076
»que seades conmigo en campo a la batalla,
»fasta el Sábado Santo darvos he lid sin falla;
»de muerto o de preso non podrás escapalla.»
Leí amás las cartas, entendí el ditado, 1077
vi que venía a mí el un fuerte mandado,
ca non tenía amor, nin era enamorado,
a mí e a mi huésped púsonos en coydado.
Do tenía a don Jueves por huésped a la mesa, 1078
levantose bien alegre, de lo que non me pesa;
dixo: «Yo só el alfrés contra esta mal apresa,
»yo justaré con ella, que cada año me sospesa.»
Diome muchas graçias por el buen combid, 1079
fuese, e yo fis' mis cartas, díxele al Viernes: «Id
»a don Carnal mañana, todo esto le desid,
»que venga aperçebido el martes a la lid.»
Las cartas resçebidas, don Carnal orgulloso 1080
mostró en sí esfuerço, pero estaba medroso:
non quiso dar respuesta, vino a mí acuçioso,
truxo muy grand' mesnada, como era poderoso.
Desque vino el día del plazo señalado, 1081
vino don Carnal, que ante estava esforçado,
de gentes muy guarnidas muy bien acompañado,
seríe don Alexandre de tal real pagado.
Puso en las delanteras muchos buenos peones, 1082
gallinas, e perdiçes, conejos, e capones,
ánades, e lavancos, e gordos ansarones,
fazían su alarde çerca de los tisones.
Éstos traíen lanzas de peón delantero, 1083
espetos muy cumplidos de fierro e de madero,
escudábanse todos con el grand' tajadero,
en la buena yantar éstos venían primero.
En pos los escudados están los ballesteros, 1084
las ánsares, çeçinas, costados de carneros,
piernas de puerco fresco, los jamones enteros:
luego en pos aquéstos están los caballeros.
Las puestas de la vaca, lechones et cabritos, 1085
allí andan saltando e dando grandes gritos,
luego los escuderos, muchos quesuelos fritos,
que dan de las espuelas a los vinos bien tintos.
Traía buena mesnada rica de infançones, 1086
muchos buenos faysanes, los loçanos pavones,
venían muy bien guarnidos, enfiestos los pendones,
traían armas estrañas, e fuertes guarnisiones.
Eran muy bien labladas, templadas, e bien finas, 1087
ollas de puro cobre traían por capellinas,
por adargas calderas, sartenes e cosinas,
real de tan grand' preçio non teníen las sardinas.
Vinieron muchos gamos, e el fuerte jabalí, 1088
«Señor», dis', «non me escusedes de aquesta lid a mí,
»que ya muchas vegadas lidié con don Alí.
»Usado só de lid, siempre por ende valí.»
Non avía acabado desir bien su verbo, 1089
ahevos a do viene muy ligero el çiervo:
«Homíllome», dis', «señor, yo, el tu leal siervo,
»por te faser servicio ¿non fui por ende siervo?»
Vino presta e ligera al alarde la liebre, 1090
«Señor», dis', «a la dueña yo le metré la fiebre,
»dalle he sarna e diviesos, que de lidiar non l' miembre
»más querría mi pelleja quando alguno le quiebre.»
Vino el cabrón montés con corços e torcasas, 1091
desiendo sus braburas e muchas amenasas;
«Señor», dis' «a la dueña si conmigo la enlasas,
»non te podrá empesçer con todas sus espinaças.»
Vino su paso a paso el buey viejo lindero: 1092
«Señor», dis', «a herrén me echa hoy el llugiero,
»non sé para afrue en carrera nin ero,
»mas fágote serviçio con la carne e cuero.»
Estava don Toçino con mucha otra çeçina, 1093
cidiérvedas e lomos finchida la cosina,
todos aperçebidos para la lid malina,
la dueña fue maestra, non vino tan ayna.
Como es don Carnal muy grand emperador, 1094
et tiene por el mundo poder como señor,
aves et animalias por el su grand amor
vinieron muy humildes, pero con grand' temor.
Estava don Carnal ricamente asentado, 1095
a mesa mucho farta en un rico estrado,
delante sus juglares como omen honrado,
de sus muchas viandas era bien abastado.
Estava delante d'él su alférez homil, 1096
el hinojo fincado, en la mano el barril,
tañía a menudo con el su añafil,
parlava mucho el vino de todos alguaçil.
Desque vino la noche, mucho después de çena, 1097
que tenía cada uno ya la talega llena,
para entrar en fasienda con la dueña serena,
adormiéronse todos después de la hora buena.
Esa noche los gallos con grand' miedo estovieron, 1098
velaron con espanto, nin punto non dormieron:
non avía maravilla, que sus mugeres perdieron:
por ende se alborotaron del roído que oyeron.
Fasía la media noche en medio de las salas 1099
vino doña Quaresma: «¡Dios Señor, tú me valas!»
Dieron voses los gallos, batieron de las alas,
llegaron a don Carnal aquestas nuevas malas.
Como avía el buen omen sobra mucho comido, 1100
con la mucha vianda mucho vino ha bebido,
estava apesgado e estava adormido,
por todo el su real entró el apellido.
Todos amodorrados fueron a la pelea, 1101
pusieron las sus fases, ninguno non platea,
la compaña del mar las sus armas menea,
viniéronse a ferir desiendo todos: «¡Ea!»
El primero de todos que ferió a don Carnal, 1102
fue el puerro cuello albo, e feriolo muy mal,
físole escupir flema, ésta fue grand' señal,
tovo doña Quaresma que era suyo el real.
Vino luego en ayuda la salada sardina, 1103
ferió muy resiamente a la gruesa gallina,
atravesósele en el pico, afogola ayna,
después a don Carnal falsol' la capellina.
Viníen las grandes mielgas en esta delantera, 1104
los berdeles e gibias guardan la costanera:
vuelta es la pelea de muy mala manera,
caía de cada cabo mucha buena mollera.
De parte de Valençia veníen las anguilas 1105
salpresas e trechadas a grandes manadillas,
daban a don Carnal por medio de las costillas,
las truchas de alberche dábanle en las mexillas.
Ay andaba el atún como un bravo león, 1106
fallose con don Tosino, díxole mucho baldón,
si non por doña Ceçina que l' desvió el pendón,
diéranl' a don Ladrón por medio del coraçón.
De parte de bayona veníen muchos caçones, 1107
mataron las perdiçes, castraron los capones,
del río de Enares venían los camarones,
fasta en Guadalquivil ponían sus tendejones.
Allí con los lavancos lidian barvos et peçes, 1108
dis' la pixota al puerco: «¿Dó estás, que non paresçes?
»Si ante mí te paras, darte he lo que mereçes,
»ençiérrate en la mesquita, non vayas a las preses.»
Allí vino la lija en aquel desbarato, 1109
traía muy duro cuero con mucho garabato,
et a costados e a piernas dávales negro rato,
ansí trabava d'ellos como si fuese gato.
Recudieron del mar, de piélagos e charcos 1110
compañas mucho estrañas e de diversos marcos,
traían armas muy fuertes, e ballestas, e arcos:
más negra fue aquésta que non la de Larcos.
De Sant Ander vinieron las bermejas langostas, 1111
traían muchas saetas en sus aljabas postas,
fasían a don Carnal pagar todas las costas,
las plasas, que eran anchas, fasíansele angostas.
Fecho era el pregón del año jubileo, 1112
para salvar sus almas avían todos deseo,
quantos son en la mar vinieron al torneo,
arenques et besugos vinieron de Bermeo.
Andava y la utra con muchos combatientes, 1113
feriendo e matando de las carnosas gentes,
a las torcasas matan las sabogas valientes,
el delfín al buey viejo derribole los dientes.
Sábalos et albures et la noble lamprea 1114
de Sevilla et de Alcántara venían a levar prea,
sus armas cada uno en don Carnal emprea,
non le valía nada de çeñir la correa.
Bravo andava el sollo, un duro villanchón, 1115
tenía en la su mano grand' maça de un trechón,
dio en medio de la fruente al puerco e al lechón,
mandó que los echasen en sal de Villenchón.
El pulpo a los pavones non les dava vagar, 1116
nin a los faysanes non dexava volar,
a cabritos et a gamos queríalos afogar,
como tiene muchas manos, con muchos puede lidiar.
Allí lidian las ostras con todos los conejos, 1117
con la liebre justavan los ásperos cangrejos,
d'ella e d'ella parte danse golpes sobejos,
de escamas et de sangre van llenos los vallejos.
Allí lidia el conde de Laredo muy fuerte, 1118
congrio, çeçial, e fresco mandó mala suerte
a don Carnal seguiendo, llegándol' a la muerte,
está mucho triste, non falla que l' confuerte.
Tomó ya quanto esfuerço e tendió su pendón, 1119
ardís et denodado fuese contra don Salmón.
De Castro de Urdiales llegaba esa saçón,
atendiole el fidalgo, non le dixo de non.
Porfiaron grand' pieça, e pasaron grand pena, 1120
si a Carnal dexaran, diéral' mal estrena,
mas vino contra él la gigante ballena,
abrazose con él, echolo en la arena.
Las más de sus compañas eran ya fallesçidas, 1121
muchas d'ellas murieron, et muchas eran foídas,
pero ansí apeado fasía grandes acometidas,
defendiose quanto pudo con manos enfraqueçidas.
Como estaba ya con muy pocas compañas, 1122
el jabalín et el çiervo fuyeron a las montañas,
todas las otras reses fuéronle muy estrañas,
los que con él fincaron, non valían dos castañas.
Si non fuese la çeçina con el grueso toçino, 1123
que estaba amarillo de días mortesino,
que non podía de gordo lidiar sin el buen vino
estaba muy señero, çecado e mesquino.
La mesnada del mar físose un tropel, 1124
fincaron las espuelas, dieron todos en él,
non lo quisieron matar, hobieron duelo d'él,
a él e a los suyos metieron en un cordel.
Troxiéronlos atados porque non escapasen, 1125
diéronlos a la dueña ante que se aforrasen,
mandó luego la dueña, que a Carnal guardasen,
et a doña Ceçina con el toçino colgasen.
Mandolos colgar altos bien como atalaya, 1126
et que a descolgallos ninguno y non vaya,
luego los enforcaron de una viga de faya,
el sayón iba desiendo: «Quien tal fiso tal haya.»
Mandó a don Carnal, que guardase el ayuno, 1127
et que lo toviesen ençerrado a do non lo vea ninguno,
si non fuese doliente o confesor alguno,
et que l' diesen a comer al día manjar uno.

2.07.2014

CONCIENCIA CASTA

La eficaz resistencia contra los moros iniciada en Asturias en el siglo VIII tenía como finalidad última recuperar la tierra antes regida por los reyes visigodos de Toledo. El cronista del monasterio de Albelda escribía en 880, reinando Alfonso III de León, que en 711 "los sarracenos ocupan las Españas (Spanias), y se apoderan (capiunt) del reino de los godos, el cual en parte poseen todavía; contra ellos batallan los cristianos noche y día, combaten a diario (quotidie confligunt) hasta que el designio divino decida que sean expulsados en el futuro implacablemente (dehinc eos expelli crudeliter jubeat)". 2 Se ve por esto que, unos 170 años después de la ocupación musulmana, se recuerda el reino de los godos, pero se dice que quienes pelean contra los musulmanes son cristianos, no godos, para señalar el contraste, y oponer un análogo valor espiritual frente al del Islam. Ya entonces la filiación religiosa servía para delimitar la figura nacional y gentilicia de todo un pueblo, hecho nuevo en Occidente. Lo cual era simple calco de la situación ofrecida por el enemigo llamado "sarraceno" por la Crónica, con el sentido de "musulmán", y no de "sirio". El que la hueste de los sarracenos estuviese integrada por beréberes, por árabes, por cristianos renegados, o por quienes fuesen, no obstaba para que su fisonomía militar y política apareciera ante todo como mahometana, como gente de la "casa del Islam", dar al-islam, que en ella había encontrado su salvación. Resulta así que el llamarse "cristianos" quienes guerreaban contra los moros, ya revelaba la presencia de una huella islámica en quienes siglos adelante serían llamados "españoles". Ese nombre aún no aparece en el Poema del Cid; en él se llaman "cristianos" quienes se enfrentan con los "moros". Cuando éstos hacen sonar sus tambores, "a maravilla lo avíen muchos dessos crisitanos" (verso 2346). En la Chanson de Roland, los enemigos de los "sarracenos" o "paganos" se llaman "franceses": "L'ost des Franceis" (v. 49). "Chrestien", en cambio (vv. 38, 102, etc.), designa en general a quienes profesan la religión de Cristo. 
No quiero decir que la guerra contra el moro tuviese carácter religioso, con miras a exterminar una creencia juzgada falsa (como la cruzada de los franceses contra los albigenses, o como las guerras de los católicos contra los protestantes en los siglos XVI y XVII). "Cristiano", en nuestro caso, quería decir que los combatientes estaban animados y sostenidos por una creencia religiosa no menos eficaz militar y políticamente que la del enemigo. La fe en Cristo "nacionalizaba" tanto como la fe en Mahoma, bajo la cual casi toda la tierra de la Península había caído en manos sarracenas. El hacer coincidir la dimensión nacional (política) con la de la creencia religiosa fue consecuencia de una primera y básica correlación entre al-Andalus y los nacientes reinos cristianos. Otros paralelismos irían surgiendo a lo largo de un contacto de muchos siglos. 
Pero que la guerra no era precisamente por la religión lo dice muy claro don Juan Manuel (†1348), bien al tanto del pasado y del presente de su Castilla: 
"Ha guerra entre los cristianos e los moros e habrá, fasta que hayan cobrado los cristianos las tierras que los moros les tienen forzadas; ca cuanto por la ley nin por la secta que ellos tienen, non habrían guerra entre ellos" (Libro de los Estados, Bibl. Aut. Esp., LI, pág. 294). 
[...]
La realidad histórica de España, Américo Castro 

Batalla entre Saúl y los filisteos. MS M.638 (fol. 24r) Morgan Library

MANUEL DOMÍNGUEZ SÁNCHEZ

  ROMANOS NACIDOS EN HISPANIA

La cultura expresada en latín romano por quienes nacieron en las provincias del Imperio (Hispania, Gallia Cisalpina o Transalpina) no fue obra de españoles, de italianos o de franceses, modos de existir humano sin ninguna realidad en aquella época. Estrabón, nacido antes que Séneca, dice que la provincia Bética estaba casi completamente romanizada. La religión indígena desapareció de la Bética, cuyos habitantes se llamaban, según el uso romano, con triple nombre. Sólo una alucinación, explicable por una especie de psicosis colectiva, pudo hacer de Séneca y de su filosofía un fenómeno español. Aun admitiendo que el pensar estoico hubiese tenido hondas y originales repercusiones en el pensamiento español (no las tuvo), de ahí no cabría deducir ningún españolismo en Séneca, del mismo modo que los reflejos neoplatónicos en Luis de Granada o en Cervantes, no arguyen a favor de la españolidad de Platón o de Platino. 
Séneca fue un romano, educado, como muchos otros, por maestros griegos imbuidos de pensamiento estoico. Nada tenía que hacer todo ello con su patria Corduba, que desde el siglo xv viene identificándose con la Córdoba posterior a la conquista de aquella ciudad por Fernando III. Un conocedor del pasado arqueológico de la ciudad actual dice que sus ruinas, "destruidas y calcinadas, yacen sumergidas a profundidades de cuatro y cinco metros. ¿Qué catástrofes ocurrieron entre los siglos IV y VIII, capaces de producir el arrasamiento total de la urbe romana, la acumulación de tan ingente masa de tierra y escombros?".
Para los conocedores de la literatura de Roma y del pensamiento griego, la idea de un "senequismo español" (Ganivet, Menéndez Pelayo y tantos otros) equivaldría a llamar maya, o algo así, la poesía de Rubén Daría; desconociendo el hecho de estar fundada en las letras de España y de Francia. Del mismo modo lo que sobrevive del pensamiento de Séneca es incomprensible, si no se le sitúa en el estoicismo de los romanos y de los griegos. Aparte de la fantasía de convertir a Séneca en un español, el error básico consiste en servirse de la idea vulgar de que ser estoico consiste en sufrir impasible las molestias del cuerpo y las del alma, para explicar el pensamiento de Séneca. El estoicismo fue, además de una moral, una complicada teoría filosófica, que en último término nada tiene que hacer con el hecho empírico de aguantar el hambre y el dolor.
Aunque baste con lo dicho para hacer ver que el españolismo de Séneca descansa únicamente en el deseo de hacerla español, conviene subrayar que el pensamiento crítico de Séneca y su interés por la ciencia natural nunca interesaron a la casta cristiana que, desde fines del siglo XVI, fue la que totalmente representó la forma de vida española. Si los españoles hubiesen sido senequistas, su historia habría sido diferente de como fue y es, porque su interés se habría centrado en el análisis racional de la vida terrena. Escribe Séneca: "La muerte es el no ser: lo que será después de mí, será como lo anterior a mí" (Epístolas a Lucilio, VI, 54, 4). La vida para él era un paréntesis entre dos nadas. 
La ingenuidad de españolizar a Séneca acabará por salir de los libros, cuando los lectores se den cuenta del sofisma implícito en dotar de un mismo sentido los vocablos "Hispania" y "España" -una identi· dad tan sofística como sería el fundir los sentidos de la "Italia" de Augusto y el de la "Italia" de la monarquía de los Saboya. 
[...]

LA REALIDAD HISTÓRICA DE ESPAÑAAMÉRICO CASTRO


Séneca, después de abrirse las venas se mete en un baño y sus amigos, poseídos de dolor, juran odio
Séneca, maestro del emperador Nerón, fue acusado por éste de traición y por ello condenado a muerte. Como desprecio al poder imperial, el filósofo decidió quitarse la vida él mismo. Primero cortándose las venas y luego tomando un veneno, aunque finalmente fueron los vapores de un brasero los que acabaron con su sufrimiento. El cuadro, refleja el momento en que estando tendido en la bañera el cuerpo yaciente de Séneca, sus amigos lloran a su alrededor. Detrás del grupo se aprecia el brasero aún humeante 
El artista planteó en esta pintura una composición horizontal, recordando frisos pictóricos clásicos como los que se representan en la pared del fondo. El formato rectangular se contrapone a elementos verticales como la vasija del primer término y las columnas. 
La obra logró la primera medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1871 junto con la Muerte de Lucrecia de Rosales (P04613). Ambas pinturas marcarían la vuelta a la temática clásica de la pintura de historia en España, ya que estos argumentos eran preceptos morales ejemplares que ningún espectador podría desdeñar. 
Tras ser adquirido en 1873 para el Museo de Pintura y Escultura pasó al Museo de Arte Moderno.

CAMILO JOSÉ CELA

HISTORIA DE UNA FOTOGRAFÍA


Sentados en el sofá, Lola y don Roque hablan. Don Roque está con el abrigo puesto y el sombrero encima de las rodillas. Lola, desnuda, y con las piernas cruzadas. En la habitación arde un chubesqui, se está bastante caliente. Sobre la luna del armario se reflejan las dos figuras, hacen realmente una pareja extraña; don Roque de bufanda y con el gesto preocupado, Lola en cueros y de mal humor.
Don Roque está callado. 
-Eso es todo.
Lola se rasca el ombligo y después se huele el dedo. 
-¿Sabes lo que te digo? 
-Qué.
-Pues que tu chica y yo no tenemos nada que echarnos en cara. Las dos podemos tratarnos de tú a tú. Don Roque grita, 
-¡Calla, te digo! ¡Que te calles ! 
-Pues me callo.
Los dos fuman. La Lola,gorda, desnuda y echando humo, parece una foca del Circo.
-Eso de la foto de la niña es como lo de tu amigo enfermo, ten cuidado no tengas que revelar la foto de la Julita con permanganato. 
-¿Te quieres callar?
-¡Venga ya, hombre, venga ya, con tanto callar y tanta monserga! ¡Si parece que no tenéis ojos en la cara! ...


La Colmena, de Cela, inédita, erótica y censurada ve la luz
Los escombros de los sueños de los españoles de la posguerra reflejados por Camilo José Cela en La Colmena son más de los conocidos hasta hoy. Varios pasajes inéditos de esta novela acaban de ser presentados en la Biblioteca Nacional, en Madrid. Revelan más retazos de vida de ese enjambre de personajes creados por Cela, que durante casi 70 años han estado en la sombra en Francia pero a los que ahora les llega la luz gracias a la donación de Annie Salomon, hija del hispanista Noël Salomon. El texto, censurado por el franquismo, incluye pasajes de alto contenido sexual, entre los que describe escenas de lesbianismo.
El informe del censor, el segundo al que se enfrentaba La Colmena, dice: "¿Ataca el dogma o la moral? Si. ¿Ataca al régimen? No. ¿Valor literario? Escaso".
Se trata de un manuscrito de 10 hojas numeradas por la Biblioteca Nacional en dígitos romanos más algunas hojas complementarias en blanco y 172 hojas numeradas en arábigo. El manuscrito es heterogéneo. Incompleto y fragmentario. La mayoría de las hojas están mecanografiadas y varias corregidas a mano y tachadas por el autor. Según Adolfo Sotelo, experto en Cela, el grueso del manuscrito es parte de la copia que el escritor presentó a la censura el 7 de enero de 1946 con la intención de ceder el original a F. Maristany de Ediciones el Zodiaco para su publicación. "Lo confirman las tachaduras en rojo de muchos pasajes". Varias de las hojas establecen otra o una nueva versión de fragmentos originales que quería publicar Maristany en edición de lujo y que un oficio del 9 de marzo de 1946 denegó. Esta obra fue editada primero en Argentina entre 1951 y que, por culpa de la censura de Franco, no se pudo publicar en España hasta 1963.

http://cultura.elpais.com/cultura/2014/02/06/actualidad/1391643384_914230.html





ECONOMÍA EN LA EDAD MEDIA

Desde un primer momento la literatura española se despliega a grandes rasgos en un ambiente económico de base agropecuaria, a través de estructuras sociales de signo estamental bien características. Hay entre uno y otro ámbito como una especie de coherencia que puede servir de mutua explicación. Dividida la sociedad en tres grandes sectores –oratores, bellatores y laboratores– las tareas productivas de bienes, en principio se adscriben al tercer sector, el de los laboratores –con los labradores a la cabeza–, mientras que los estratos sociales superiores se dedican a la defensa armada de los demás o al mantenimiento de los valores espirituales y religiosos, en principio sin posibilidad de alterar este orden establecido. Y todo ello en conformidad con lo que en la vida cotidiana –en clara correspondencia con la ficción literaria– cabría documentar.
Y es que, ante los grandes temas épicos o de la vida religiosa, el trabajador del campo no ofrece tanto atractivo literario, como no sea a la hora de destacar su condición menesterosa o los abusos a los que se ve sometido por parte de los estamentos superiores, según veremos más adelante. 
A pesar de lo cual hay páginas de la literatura medieval que conviene recordar aquí sobre puntos concretos de las actividades que desarrollan campesinos y pastores. Pero dejemos esta breve introducción para continuar en el tema que nos ocupa. 
En el caso de Berceo y de algunos otros autores del mester de clerecía encontramos a los campesinos, no sólo en plena actividad cultivadora o recolectora, sino en algo tan repetitivo como son las disputas por la posesión de la tierra, a la manera de lo que sucede en Los milagros de Nuestra Señora, con la alteración del trazado de los mojones por quienes tratan de agrandar sus heredades en detrimento del vecino.
En cualquier caso el ambiente predominante en los Milagros4 es el agrario, hasta llegar incluso a impregnar toda una manera de expresarse, como cuando a la Virgen se le llama “madre del pan de trigo” mediante una metáfora eucarística de raigambre folclórica. Y ese ambiente se percibe en pequeños detalles que van más allá de las fuentes latinas en las que se inspiró Berceo; sirvan de ejemplo los azadones utilizados por unos ladrones –un clérigo y un seglar– al romper las cerraduras y dejar “desquiçiadas” las puertas cuando intentaban robar una pobre iglesia; o la mención a la bodega a la hora de relatar la borrachera de un clérigo poco ejemplar. Incluso en la introducción a los Milagros se describe un cuadro idílico de “flores bien olorosas” con abundancia de arboledas, frutales –milgranos, higueras, perales y manzanos– y verdes praderas, a la manera de un “locus amoenus”.
Pero todo ello no significa que estemos situados ante algo semejante a una “economía cerrada”, o sin apenas intercambios comerciales. Buena prueba de ello la encontramos en el milagro del “burgués” que ha despilfarrado a diestro y siniestro hasta 
alcanzar el mayor de los empobrecimientos, pero que luego, tras mediar ayuda divina, emprende una próspera carrera mercantil de ámbito internacional.
Y es que nuestro insigne monje versificador, a pesar de las apariencias y de lo que se ha venido diciendo durante mucho tiempo, no era un campesino de escasa formación cultural –por más que él mismo así se presente mediante el tópico literario de la falsa modestia, analizada en su día por Curtius– sino que manifiesta una singular y selecta formación, según las interpretaciones más recientes.
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ECONOMÍA Y HACIENDA A TRAVÉS DE LA LITERATURA ESPAÑOLA: DE BERCEO A CERVANTES. 
MEMORIA PARA OPTAR AL GRADO DE DOCTOR 
PRESENTADA POR 
José Luis Bermejo Cabrero 

Brueghel "el Viejo", Jan; Momper II, Joos de
La vida en el campo 

Amplia vista del campo flamenco, poblada de diversas escenas de campesinos realizando las faenas propias de su actividad. 
La colaboración de Jan Brueghel, “el Viejo”, a quien se atribuyen las figuras, y Joost de Momper, que realizó el paisaje, tiene en este cuadro uno de sus mejores ejemplos. La escena se forma con la acumulación de varios planos que se suceden hacia el fondo en perspectiva. Los enormes árboles del centro, que parten la composición en dos, son el contrapunto vertical a la perspectiva horizontal que se proyecta en la lejanía. Para la elaboración de sus grupos de figuras, Brueghel se basó en diversas escenas labriegas que popularizara su padre Pieter Brueghel “el Viejo” (h. 1525/30 - 1569), especialmente aquellas que ilustraban las actividades del campo según los meses del año. 
El cuadro fue atribuido sucesivamente a Brueghel y a Momper, considerándose en la actualidad obra conjunta.


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