HISTORIA DE OTZI


El 19 de septiembre de 1991, una pareja de turistas alemanes que paseaba a 3.210 metros de altitud en el glacial italiano Schnal Valle, en los Alpes orientales, muy cercana a la frontera con Austria, encontró un cuerpo congelado que resultó corresponder a un cuerpo de un varón que había muerto hace entre 5.300 y 5.100 años y que había quedado momificado por las bajas temperaturas de la alta montaña. Al cuerpo se le denomina Hombre de los Hielos u Hombre de Ötzi y es la momia más antigua que existe en el mundo.
Desde entonces, el cuerpo ha sido profusamente estudiado para conocer cómo vivió y cómo murió. Se sabe que el hombre debía medir unos 1,59 metros, pesaba unos 50 kilos y tenía unos 46 años cuando murió, probablemente porque se desangró lentamente por un flechazo que recibió en el hombro izquierdo. También se sabe que había comido cabra salvaje en gran cantidad, justo antes de morir. Estaba vestido con pieles de cabra, botas de piel de oso y de ciervo impermeables rellenas de hierba, capa de cuero y un gorro de piel de oso. Tenía su equipo muy a mano en una bolsa atada a la cintura: un hacha de cobre, un cuchillo de pedernal, un aljaba llena de flechas, puntas de pedernal, un arco de madera, un trozo de yesca para hacer fuego y setas que debía utilizar en caso de enfermedad.
En 2008, se secuenció el ADN mitocondrial de esta momia y se observó que contenía mutaciones que no se encuentran en las poblaciones actuales. Este hecho dio lugar a especulaciones sobre que el hombre de hielo habría pertenecido a un pueblo ya desaparecido de Europa.
El día 28 de febrero de 2012 se ha publicado una comunicación en la revista Nature en la que se informa de que se ha secuenciado el genoma nuclear del Hombre de Ötzi. El equipo de Albert Zink, del Instituto Eurac de Bolzano (Italia), autores del trabajo, han informado sobre algunas características morfológicas y de salud del Hombre del Hielo, deducidas del análisis genético de la secuencia obtenida. La secuencia corresponde al 96% del genoma y ha sido obtenido a partir de una astilla del hueso de la pelvis de la momia.
En la comunicación, Zink informa que el Hombre de Ötzi tenía los ojos marrones, su grupo sanguíneo era O, era intolerante a la lactosa y tenía una predisposición genética a padecer enfermedades cardiovasculares. Además, según el análisis de ADN parece que estaba más emparentado con los habitantes actuales de Córcega y de Cerdeña que con las poblaciones de los Alpes, donde se descubrió su cadáver. El equipo que ha realizado el trabajo sugiere que sus antepasados probablemente emigraron de Oriente Próximo en una época en la que la agricultura se estaba expandiendo, lo cual podría explicar su intolerancia a la lactosa.
El análisis del genoma de Ötzi también apunta a otros problemas de salud: el equipo de Zink encontró casi dos tercios del genoma de Borrelia borgdorferi, una bacteria que causa la enfermedad de Lyme. No se han encontrado otros signos propios de la enfermedad de Lyme en los tejidos conservados de Ötzi, por lo que se especula que los tatuajes en la columna vertebral, en los tobillos y detrás de la rodilla derecha del hombre de hielo podrían haber sido un intento de tratar el dolor en las articulaciones que se produce en esta patología.
De momento, no se ha publicado ni la secuencia genómica ni el análisis informático de la misma, así que habrá que esperar unos meses para conocer más detalles.
Por lo pronto se ha realizado la reconstrucción digital del cuerpo entero de Otzi utilizando el procedimiento BLENDER 3D en anatomía patológica . El resultado permite observar cómo era este hombre hace 5.300 años con un margen de error de 4%.


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