JOAQUÍN LENZINA

(El Negro Ansina) 
(Montevideo, 1760 - Asunción, 1860)


Del libro “Ansina me llaman y Ansina yo soy”, del autor suizo Daniel Hammerly Dupuy, arqueólogo e investigador, extractamos la siguiente biografía recopilada de los versos del poeta Don Joaquín Lenzina, más conocido por Ansina:
“Según el testimonio de sus versos, Joaquín Lenzina nació en Montevideo el 20 de marzo de 1760, siendo hijo de esclavos llegados del Africa. En su infancia fue aguatero. Luego recorrió la campiña donde aprendió a tocar la guitarra, recorriendo las estancias como payador.”
“Habiendo regresado a Montevideo fue invitado por unos marinos a embarcarse para cazar ballenas en las Islas Malvinas. (...) Pronto se enteró que se había embarcado con piratas que asaltaban a los balleneros (...). Aunque no participó individualmente en ninguno de los encuentros, aborreció a quienes lo habían engañado (...).”
“Huyendo de los piratas, desembarcó en el Brasil, donde fue aprehendido por portugueses quienes lo ofrecieron como esclavo en subasta pública. Sin consignar cuanto tiempo estuvo como bestia de carga, relata con emoción cómo Artigas lo compró para darle plena libertad, y que lo siguió por las Misiones Orientales, acompañándolo en sus empresas comerciales, y en la fundación de Batoví. (en el año de 1800)”
“(...) acompañó (a Artigas) hasta Buenos Aires, en ocasión de la Reconquista, cuando era blandengue y cuando colaboró en la lucha contra los ingleses que invadieron a Montevideo. Lo siguió hasta la Colonia del Sacramento, y cuando Artigas se fue a Buenos Aires a ofrecer su colaboración a la causa de Mayo, lo esperó con los patriotas.”
“Después de escuchar la proclama de Artigas en Mercedes, lo siguió hasta Las Piedras donde fue testigo del combate que le inspiró dos de sus mejores composiciones. Luego colaboró en el primer sitio de Montevideo (...) La más larga de sus composiciones fue dedicada al Exodo (...) Los versos que compuso en el salto Chico y en el campamento del ayuí, están imbuidos del más profundo amor a la banda oriental a la que deseaba regresar para expulsar a los realistas.”
“Los versos de Ansina revelan que él conocía la conspiración que se cernía en torno a Artigas de parte del Directorio (de Buenos Aires), (...) se indignó con los españoles cuando estos le propusieron a Artigas que les prestara su apoyo, y les envió unos versos candentes, titulados La Réplica del payador de Artigas. Tampoco faltan los versos que esclarezcan el motivo del alejamiento de Artigas del sitio de montevideo (...).”
“Un documento de valor inestimable lo constituye el comentario versificado de las Instrucciones dadas por artigas a los diputados orientales en 1813. Aunque dejó constancia que la diputación había sido rechazada por el Congreso de Buenos Aires, Ansina expresó que daba a conocer las Instrucciones para que no fuesen olvidadas, porque tenían el gérmen de muchos pensamientos que se anticipaban a su época. (...)”
“Ansina residió en la Villa de Purificación (capital artiguista) (...) Allí compuso un canto para los escolares y celebró el heroísmo de los gauchos orientales que sacrificaban sus vidas para defender las fronteras (...)”
“(...) Entre los orientales que lo siguieron a Artigas (al Paraguay) estaba el fiel Ansina que no se separó de su Jefe ni cuando fue internado en Curuguaty, donde residieron un cuarto de siglo.”
“Las composiciones de ansina en el Paraguay, así como la carta en verso que le dirigió a su esposa desde Candelaria, antes de cruzar el río Alto Paraná, revelan la esperanza de regresar a la Banda Oriental. Pero esa esperanza, expresada también mientras vivió en Ybiray se esfumó después que José María Artigas lo visitó a su progenitor, quien declaró que deseaba morir en el Paraguay.”

 Tres poemas de Joaquin Lenzina:

ASÍ LO CONOCÍ A ARTIGAS...
Cuando chico me dijeron:
Eres hijo de Lenzina.
A tu padre lo vendieron
¡Así que a la cocina!
¿Quién fue mi madre? -pregunté-
Murió cuando te trajeron.
Vino del África, sin fe.
Así me contestaron.

De mi infancia sólo recuerdo
Del carnaval las comparsas,
Con los tambores de cuero,
Y los morenos entusiastas.

¡Me decían qué era negro!
¡Nunca quise ser overo!
Me gusta ser verdadero:
Asco tengo del negrero.

Cuando joven siempre hice
De mandadero y aguatero.
No siempre hice lo que quise,
Hasta que fui guitarrero.
Cuando iba a la Aguada
Escuchaba a los marineros.
Y así me embarqué por nada,
En un navío de masteleros.
¡Cuánto sufrí en el mar!
Siempre me preguntaba:
¿Cómo podría retornar?
¡Escapé porque nadaba!

De las costas del Brasil
Pasé a las Misiones,
Vendido como marfil,
¡Qué miserias! ¡qué traiciones!

Llegó el bendito día
Cuando uno de ojos celestes,
Mirándome, decía:
¡Pagaré lo que me cuestes!

¡Con tal que me sigas
Te haré libre de verdad!
-Así me dijo Artigas-:
¡Amarás la libertad!

¡SAPUCAY DE LA LIBERACIÓN!
(Las palabras guaraníes que contiene el texto no fueron traducidas por Lenzina , sino por el recopilador)

¿Cómo podré olvidar Che camba' (mi morena)
Este día sin añandú hasy (dolor)
Al volver con otra mbarncú (guitarra)
Al entonar el gran sapucay? (grito)
Aunque estuve en el yv'y racuá, (cepo)
Encerrado en ca'irai (carce1)
No quiero ser un mtbyaija': (aguafiestas)
¡Escuchad mi sapucay! (grito)

¡Siempre canté como el pitogué, (0ienteveo)
Que salta sobre el araticú (chirimoyo)
Libre como el yaguarté, (jaguar)
Que pasea en el caa-giiazú! (bosque grande)

Dulces como la tacuá-re'é (caña de azúcar)
Fueron lo años de mi ro'y (edad)
Hasta que a mi jefe chendivé (conmigo)
Sacaron del trabajo con ipochy. (enojo)

En el calabozo aprendí a apurehéi (cantar)
Este nuevo canto del corochiré, (zorzal)
Que es como agua al ji´uhéi (sediento)
Porque el alma no ha yoheipiré. (lavado)

¡Sólo el recuerdo del gran Tupá, (Dios)
Y las promesas de su Cuaitiaité (Libro Santo)
Dieron a nuestros corazones yeroviá, (esperanza)
En esa larga angé piharé! (noche pasada)

Artigas fue el gran mburuvichá (jefe)
Defensor de la sambucú (libertad)
De los pueblos que saben ambotuvichá, (adorar)
Y respetan todo lo marangatú (bueno)
Luchó por todo lo que es iporá, (justo)
Y así poder ambojisy (poner todo en orden)
Para que la gente pueda che poá, (ser feliz)
Respetando los tembiapoucapí. (manda m ien tos)

Ya conocéis nuestra tecovacué. (vida pasada)
No tememos al ambaapó (trabajo)
Levantamos casa e hicimos COClIé, (quinta)
Corrales preparamos para el timbá (ganado)

Aunque soy Ansina, el cambá (negro)
Gritaré como un Cainguá, coagaité: (indio, ahora mismo)
¡Vuestro amigo cha hayjupara! (es mi amigo)
¡En el Paraguay moriré, catueté! (con toda seguridad)

ARTIGAS SE ALEJÓ PARA SALVAR
LA IDEA REPUBLICANA

Del yugo de España,
Los Pueblos del Plata,
Sufrieron la saña
Que oprime y mata.
Rota la cadena
De esa esclavitud
Surgió nueva condena
Para la multitud.

Los ideales de Mayo
Fueron traicionados:
Postrados por desmayos,
Quedaron aherrojados.

Moreno, desplazado
Por tantas traiciones,
En la mar fue sepultado
Como esas naciones.

Artigas soportó
Injurias, en mareas
Del orgullo que mostró
El inepto Sarratea.

A un Posadas derrotó
En la acción de Las Piedras:
De otro Posadas soportó
Injusticias y ofensas.
El Jefe porteño
Contra el oriental,
Puso todo empeño,
Por clavarle un puñal...

Enemigo, lo llamó,
De las Provincias Unidas,
Y también ofreció
Dineros a los Judas.

Nuestro Jefe se alejó
No por salvar su vida,
En la cual nunca pensó,
Sino por salvar la idea...

El ser republicano
Por entera convicción,
Disgusta a los tiranos,
Que arruinan a la Nación.


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