RENACIMIENTO
-Narrativa -
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P. de la Francesca |
Novela, narración extensa, por lo general en prosa, con personajes y situaciones reales o ficticios, que implica un conflicto y su desarrollo que se desenlaza de una manera positiva o negativa. El término novela (del italiano novella, ‘noticia’, ‘historia’, que a su vez procede del latín novellus, diminutivo de novus, ‘nuevo’) procede de las narraciones que Giovanni Boccaccio empleó para designar los relatos y anécdotas en prosa contenidos en su Decamerón. Ahora bien, como género es el resultado de la evolución que arranca en la epopeya y se continúa en el romance.
Así define la novela la Encarta. En el siglo XVI, el término "novela" todavía se usaba para referirse a los relatos breves a la italiana. Posteriormente servirá para designar la narración extensa que en italiano se llamará "romanzo" y en francés, "roman".
En el siglo XVI triunfan las ficciones en prosa de tipo idealista: los libros de caballerías, la novela bizantina, la novela pastoril, la novela morisca o la sentimental...
Pero el antropocentrismo renacentista tuvo una repercusión muy importante en el desarrollo de la novela: los héroes y su realidad sublimada dejan sitio como protagonistas de la ficción a los individuos de la época: zagalas, alcahuetas, mendigos, pícaros, hidalgos venidos a menos, molineros, putas o frailes de la Inquisición. Y así nació la novela realista. Lee lo que dice Francisco Rico.
"La novela moderna viene de España. Hay pocas dudas", insiste Francisco Rico. "Aquí se rompió con el sistema clásico de la literatura", explica. "Desde los griegos, el objeto del artista es la realidad, pero no la que tenemos ante los ojos, sino la ideal". Los personajes, además, debían ser tratados según su condición social. A un personaje alto correspondía un estilo trágico. A uno bajo, uno cómico. Los pobres sólo podían protagonizar las comedias. "Contra eso llegan La Celestina, con personajes bajos que viven pasiones trágicas, el Lazarillo, que se burla de todo lo que no sea el pequeño mundo del protagonista, y El Quijote, que enfrenta la historia y la poesía". Para Rico, una frase de Victor Hugo resume el estado de la cuestión hasta entonces: "¿Cuándo se ha visto a un rey que pregunte 'qué hora es'?". Y añade: "Una palabra como jarro era impronunciable en un ambiente elevado. Y El Quijote está lleno de jarros". ¿Y por qué España? "Porque el humanismo no echó raíces tan fuertes como en Francia o Italia. Aquí el sistema de enseñanza fue más general, más democrático y, por eso, más débil. Los principios clásicos no se tomaron tan al pie de la letra". La influencia de tanta subversión se extendió por Europa como una epidemia. Una educación de masas pero débil, el olvido de la tradición... Parece de ahora mismo. Y lo es. "La novela realista es la más moderna porque está acorde con la aparición de la burguesía, el individualismo, la reducción de las relaciones sociales a términos económicos y la democratización de la cultura a través de la imprenta", explica el profesor Rico. "El arte se acerca a la realidad cotidiana, algo que termina en Gran Hermano y el reality show". No es, pues, extraño, que la novela se haya convertido en el género dominante, revestido además de un prestigio que no tenía hace 200 años, cuando era considerada un mero entretenimiento. Cuando en abril pasado el propio Rico contestó al discurso de ingreso en la RAE de Javier Marías, lo hizo así: leemos novelas por "curiosidad" y como "una vivencia lúdica, como las montañas rusas o un videojuego". "Es el juego de la ficción", abunda ahora. "Nos permite vivir una experiencia peligrosa sin arriesgar nada". ("Y España inventó el realismo", El País, 26-09-2008).