L. ALAS CLARÍN
- La Regenta -
-Cuando contemplo el cielo / de innumerables luces rodeado / y miro hacia el suelo...
Perdóname, hija mía; sin querer me vuelvo a mis versos...
- ¿Y qué?, mejor, Quintanar: eso es muy hermoso. La Noche Serena ya lo creo. Hace llorar dulcemente. Cuando yo era niña y empezaba a leer versos, mi autor predilecto era ese.
El recuerdo de Fray Luis de León pasó como una nubecilla pensamiento de Ana, que sintió un poco de melancolía amarga. Sacudió la cabeza, se puso en pie y dijo:
- Dame el brazo, Quintanar; vamos a dar una vuelta por la galería de los perales, mientras la señora torre de la catedral se decide a cantar la hora...
- Con mil amores, mia esposa cara.