UNAS PINCELADAS SOBRE CASABLANCA
Un buen trabajo de iluminación no sólo puede trasmitirnos volumen, textura, belleza o fealdad. También es capaz de comunicarnos la situación anímica, el estado psicológico o la posición moral de determinado personaje. Podemos mostrar, en gran medida, lo que pasa por la mente modelando el rostro con la luz.
Vamos a demostrar esta afirmación analizando el tratamiento lumínico que reciben los personajes interpretados por Ingrid Bergman y Humprey Bogart en la película Casablanca, de Michael Curtiz. Elijo esta película no sólo por su carácter mítico, sino por la variedad de situaciones de iluminación que presenta, aunque el ejercicio se podría haber hecho con cualquier otra.
Elsa y Rick, pasan a lo largo de este paradigmático film por muchas vicisitudes que, a los efectos que nos ocupan, son magistralmente mostradas por el director de fotografía, Arthur Edeson. Experimentan momentos de felicidad, tristeza, abatimiento, esperanza, pasión…y lo hacen en interiores brillantes o siniestros, en exteriores (reales o “de estudio”) y a luz del día o de la noche. Esta variedad hace que Casablanca sea un magnifico ejemplo para un análisis como el que proponemos.
La película nos narra la peripecia amorosa de Elsa y Rick (Ingrid Bergman y Humprey Bogart) enmarcada en una Casablanca que, aunque lejos del foco de la guerra, sufre los rigores de la invasión nazi y los equilibrios de una situación política y militar sin definir. Elsa se debate en un conflicto moral entre el amor pasional que siente hacia Rick y la devoción hacia su esposo, el héroe de la resistencia Víctor Laszlo.
El primer plano corto de Elsa que nos ofrece M. Curtiz es de un rostro preocupado. Acaba de llegar al café Rick’s con Víctor, su marido, en busca de ciertos pasaportes que les han de facilitar la huida hacia territorio libre. El plano es frontal y la luz viene de arriba a la izquierda, marcando el triangulo y con un contraluz que da volumen a su pelo rubio, todo ello con racord dentro de la luz de la secuencia del interior del café. No hay punto de luz en los ojos, la mirada es baja, sombría y preocupada.
Pocos instantes después, esa preocupación se transforma en desconfianza. Elsa, de perfil, mira de reojo con una luz por el lado angosto que sólo marca un pequeño triangulo en su mejilla derecha. El contraluz separa la cabeza del fondo oscuro en un plano sombrío que muestra lo complicado de la situación.
Elsa habla con Sam. El recuerdo de tiempos felices dulcifica su rostro y aparecen la sonrisa y el brillo en sus ojos. La luz sigue siendo de arriba a la izquierda pero es más frontal, más alegre.
Cuando le pide “tocala Sam” y, mientras este canta “El tiempo pasará”, Rick entra en el café y sus miradas se encuentran; vemos como los ojos de Elsa brillan con unas lagrimas que delatan un amor, en ese momento prohibido, en un rostro profundamente emocionado. La luz es frontal de arriba, modelando el rostro y marcando el brillo de los ojos y las lagrimas. La barbilla levantada ayuda a captar la luz.
“Los alemanes iban de gris y tu ibas vestida de azul”. El recuerdo del último momento que pasaron juntos en Paris hace sonreír francamente a Elsa. Se muestra feliz. La angulación de la luz es la óptima para un retrato que muestra la alegría en su mirada y su sonrisa.
El dialogo entre su marido y Rick vuelve aentristecer su expresión. Obsérvese que sólo cambia la angulación del rostro y de la mirada. Ya no se ven los ojos. Pero esto no es luz, es interpretación.
“Si ella pudo resistirlo, yo también. ¡Tócala!” En la penumbra del café cerrado, Rick expresa la amargura del reencuentro. La luz es lateral, marca ladureza del rostro con un contraste máximo subrayando la expresión atormentada.
Vemos el flash-back de los felices días de Paris. Tanto en los interiores como en los exteriores, la luz es aparentemente menos elaborada, más realista, con sombras proyectadas y unos rostros iluminados frontalmente, pero sin olvidar unos suaves contraluces rasantes que marcan los volúmenes de los rostros.
La alegría del rostro Elsa es frustrada por el ruido de las bombas alemanas. La felicidad se trastoca en miedo bajo la luz frontal del “efecto ventana”.
De vuelta al presente, Elsa aparece en el café e intenta explicarse con Rick, contándole su historia con Victor Laszlo. Pero Rick se burla y la rechaza. El rostro apasionado se torna en decepción. La luz ilumina únicamente el rostro enmarcado por una oscuridad tanto ambiental como anímica. La pasión del punto de luz se pierde y es reemplazada por una lágrima.
En un nuevo encuentro, esta vez en exteriores (rodados en estudio) Rick propone a Elsa que vuelva con él. Ella se muestra ofendida. El orgullo le hace levantar la barbilla, lo que nos permite ver sus ojos que, de lo contrario, quedarían velados por la sombra del sombrero que, muy oportunamente, hace innecesario el contraluz, que en exteriores sería inadecuado. Poco después podemos ver su gesto deironía cuando su marido le propone que salga ella sola de Casablanca. Aquí si podemos apreciar un suave contraluz sobre los hombros que perfilan su silueta.
Una luz frontal no demasiado alta, el rostro levantado de Elsa y el punto de luz en una mirada intensa, expresan la indignación ante las amenazas del Mayor Strassen, después de la famosa escena de la Marsellesa.
Poco después Elsa comprende las verdaderas intenciones de Rick al no querer venderles los salvoconductos. Su sorpresa y decepción se ilustran con una mirada baja que pierde el punto de luz. De nuevo este es clave para comunicar el estado de ánimo.
De nuevo, Elsa va a pedir a Rick los salvoconductos. Pasa del ruego a la amenaza para, por fin, derrumbarse y reconocer que sigue enamorada de él.
Vemos otra vez como la altura de la mirada y la luz en los ojos son definitivas, amen de una magnifica interpretación por parte de Ingrid Bergman.
La duda invade a Elsa ¿Irse con su marido o quedarse con Rick? La imagen habla por si sola. El lado derecho oscurecido, la mirada baja y quizá por única vez en la película, las manos ante el rostro (signo de duda o mentira en lenguaje no verbal). El encuadre es tenebroso, un ligero contraluz despega la cabeza de la oscuridad.
Finalmente ambos se entregan y sólo el contraluz ilumina los perfiles de los amantes. Esa oscuridad deja patente lo “inapropiado de la situación”
La secuencia final. Después de una hábil estratagema, Rick engaña a todos haciendo creer que se va a ir con Elsa y delatar a Laszlo. Pero “pone las cosas en su sitio” facilitando la huida del matrimonio. La sorpresa de Elsa queda subrayada por el magistral detalle de dejar un ojo en sombra mientras que el otro presenta un marcado punto de luz.
Con un “siempre nos quedará Paris” Rick despide a Elsa, que muestra su decepción. Iluminada por el lado amplio, los ojos brillan con las lágrimas a punto de manifestarse.
Este es el último primer plano de Ingrid Bergman en la película. La iluminación es simple, una única luz ligeramente angulada permite a la actriz sintetizar todos sus sentimientos: ¿amor, agradecimiento, decepción?
Si no han visto Casablanca no se lo digan a nadie y corran a verla. Seguro que, cuando la vean, será el comienzo de una hermosa amistad.