ISIS
- De Egipto -
El triunfo de Isis
En la Edad del Bronce el alto Egipto estuvo representado por una diosa con forma de buitre llamadaNejbet. El Bajo Egipto y el Delta del Nilo tenían a la diosa serpiente cobra Uadyet o Wadjet (llamada por los griegos Uto o Buto). En el origen Isis era la deidad protectora de una pequeña ciudad del delta: Per-Uadyet, la “casa de la cobra”, o Buto. Asimiló la identidad de Uto y, una vez unidos los reinos del Alto y Bajo Egipto, también asumió la identidad de Nejbet. Debido a que las ciudades del antiguo Egipto contaban con su propia cosmología, Isis es simultáneamente descrita como madre del universo o como una de los cuatro hijos del diosGeb (Tierra) y del dios Nut (Cielo), lo que se explica por la diversidad de estas narraciones. A Isis se le representa como una diosa muy solidaria, vulnerable y con múltiples cualidades humanas. Una leyenda la describe como una sierva que conquistó el poder divino después de tenderle una trampa al dios solar Ra para que le revelase su nombre secreto. A la larga asimiló a las restantes diosas egipcias.
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Nejbet. Templo de Deir el Bahari |
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El Bajo Egipto y el Delta del Nilo tenían a la diosa serpiente cobra Uadyet o Wadjet (llamada por los griegos Uto o Buto). |
Sin embargo, desde muy temprano el jeroglífico del nombre de Isis es un trono y a menudo se la representaba con este sobre la cabeza. Los faraones se autodenominaban hijos de Isis y consideraban que el regazo de la diosa era el trono real y que de su pecho manaba el néctar que confería el derecho divino a gobernar.
Alejandro Magno conquistó Egipto en 332 a.C. y a su muerte el general macedonio Tolomeo se declaró su gobernante, instaurando el culto a Serapis. Isis se convirtió en madre y amante de Serapis, lo que contribuyó a difundir su culto por Grecia. El culto a Isis llegó a Roma en 80 a.C. y su culto perduró hasta el siglo VI d.C. fecha en que su santuario en Fílae se convirtió en una iglesia cristiana. Asimilada por la Virgen Maria, el mundo cristiano siguió venerando muchos de sus atributos
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Templo de Fílae (Egipto) |
Fue adorada desde el 3000 a.C. hasta el siglo II d.C. bajo el aspecto de la virgen María. Llegó a Grecia en el siglo III a.C., extendiéndose por el imperio romano, llegando a las fronteras del Rin y del Danubio.
Sus epifanías, debido a lo extenso de su culto, son múltiples: diosa vaca que da leche; diosa de las serpientes, como símbolo de las aguas primigenias; diosa estrella Siria, que traía las inundaciones del Nilo; la fértil diosa cerdo; la diosa pájaro; la diosa del inframundo; la diosa del árbol de la vida; la madre de Horus...
Isis, con el tocado del disco solar entre cuernos de vaca, sostiene el sistro de la regeneración ante Osiris como rey (XIX dinastía, c. 1300 a.C. Templo de Seti I, Abidos). Isis proveniente de la Villa Adriana en Tivoli.
Cosmogonía egipcia
Había dos centros principales de doctrina religiosa, uno en Menfis, con el dios Ptha que creó el mundo mediante la palabra. El otro en Heliópolis (la ciudad del sol) con la siguiente doctrina: Atum (su manifestación visible es Ra, el sol) era la tierra emergida y la luz, que engendró a Shu (el principio masculino, el aire, la vida, el espacio y la luz) y a Tefnut (el principio femenino, la humedad, el orden), quien da a luz a Nut (el cielo) y aGeb (la tierra). Shu eleva entonces a su hija Nut (cielo) alejándola de su hermano Geb, y sujetándola a fin de que pueda dar a luz las estrellas.
Isis era la hija de Nut, diosa del cielo y Geb, dios de la tierra. Formaba parte de la cuarta generación de dioses surgidos de las informes aguas. Al principio todo era agua y el nombre de las aguas era Num. De las aguas primordiales del gran abismo comenzó a alzarse una colina llamada Atum, el “completo”. Esto mismo se reproducía cada día al nacer el sol del abismo primordial de la noche, y cada año al resurgir la tierra de entre las aguas de la inundación del Nilo.
Al principio, cuando la gran inundación comenzó a retirarse, pequeñas colinas de lodo se alzaban del agua oscura, haciéndose más y más altas. De ellas comenzaban a brotar las plantas, los insectos se arrastraban y volaban sobre su superficie, aves y animales se posaban y andaban sobre ellas y los humanos podían encontrar un lugar donde estar de pie o sentarse. Así, toda la vida provenía de las ricas y vivas aguas pardas del Nilo, como había sucedido en el principio.
Cada año el Nilo muere y renace, y todo Egipto con él. A mediados de junio viene la sequía. Entre julio y octubre se produce la crecida del río y la inundación de los terrenos aledaños. En otoño la inundación retrocede y los campos fertilizados están listos para la siembre de noviembre. El Nilo fluye de sur a norte a lo largo de una estrecha y fértil franja de tierra negra. A ambos lados está el desierto, con pretensiones de invadir territorios cultivados. El contraste entre la vida y la muerte era omnipresente.
La historia de Isis y Osiris.
Nut y Geb engendraron a los hermanos de Isis, fruto de sus relaciones incestuosas. El primero en nacer fueOsiris, el segundo día nació Arveris (llamado el Horus el Viejo); al tercer día Set se abrió paso por el costado de su madre y salió de un salto; el cuarto día nació Isis y, al quinto dia Neftis. Junto con sus padres, sus abuelos y Atum forman la denominada enéada, es decir, los nueve dioses y diosas del panteón egipcio.
NUM
(Aguas Primordiales)
ATUM
(Montaña Primordial, sol)
SHU ♂ TEFNUT ♀
(Aire, luz) (Humedad, orden)
NUT ♀ GEB ♂
(Cielo) (Tierra)
OSIRIS, ARVESIS, SET, ISIS, NEFTIS
Osiris se convirtió en el primer rey de Egipto y el creador de la civilización, con el descubrimiento de la agricultura, la justicia, etc. Isis y Osiris se amaban desde el útero y sólo se separaron cuando Set le tendió una trampa a Osiris. Su hermano Set tenía envidia de su fama; así que construyó un arcón del tamaño de su hermano –que era muy grande- y una noche en palacio, durante los festejos, hizo que se trajera a la sala el cofre ricamente decorado y prometió dárselo a quien encajase en él perfectamente. Cuando Osiris se tendió en su interior, al punto surgieron setenta y dos conspiradores que clavaron la tapa del arcón, lo sellaron con plomo fundido y lo arrojaron al Nilo. Desde ahí flotó hasta el mar.
El intento de Set de apoderarse del reino de su hermano originó el típico descenso al mundo de los muertos. Dada su condición de madre divina, la ausencia de Isis produjo un periodo de esterilidad.
Io (a la izquierda, con cuernos, también llamada Canopus) recibe la bienvenida en Egipto de manos de Isis (sentada, sosteniendo una serpiente y con un cocodrilo a sus pies). Io es transportada por un dios del río (Nilo) desde su lugar de llegada en Alejandría, para que la diosa Isis le dé otra vez aspecto humano, pues Hera la había convertido en una vaca. Fresco romano del templo de Isis en Pompeya. Museo Archeologico Nazionale di Napoli (inv. n º 9558.). Da Pompeya , Tempio di Iside, Ekklesiasterion
Isis, afligida, se cortó el pelo y vistió ropas de duelo y lo buscó por todas partes y al fin descubrió que el arcón había llegado hasta la costa de Biblos, en Fenicia, donde lo detuvo las ramas de un árbol ericáceo (brezos), que rápidamente creció a su alrededor rodeándolo por todos lados, de modo que quedaba oculto por completo en su interior. Al rey y la reina del lugar les pareció un árbol tan hermoso que lo talaron y lo convirtieron en una columna del palacio. Isis llegó a Biblos disfrazada y la reina Astarté la hizo nodriza de su hijo. La gran diosa dio de mamar al niño de su pulgar y no de su pecho, y por la noche lo colocó en un fuego para quemar todo lo que en él fuera mortal. Pero sucedió que una noche la reina Astarté, al ver a su pequeño hijo yaciendo entre las llamas, gritó de forma espantosa y en ese preciso instante despojó a su hijo para siempre del tesoro de la vida inmortal. Isis entonces reveló su auténtica naturaleza y pidió que se le entregase la columna que sujetaba el techo. Tras cortar la madera del árbol sacó a la luz el sarcófago de Osiris. Cuando Isis lo vio, se abalanzó sobre él con un alarido tan intenso que el más pequeño de los hijos de la reina murió de miedo.
Finalmente regresó Osiris a Egipto, con lo cual representó el retorno del dios que muere, tema compartido por muchos otros descensos a los infiernos.
Isis regresó a Egipto con el baúl y con el hijo mayor de los reyes de Biblos. Cuando llegó a un lugar desértico, abrió el cofre, recostando su rostro sobre el de su hermano, lo besó y lloró. Pero al apercibirse de la presencia del niño que la observaba, le lanzó una mirada de tal gravedad que el pequeño murió de miedo al instante. Isis adoptó la forma de pájaro y sus alas dieron vida a Osiris, que se masturbó para fecundarla con su semen. Concibió a su hijo Horus y luego escondió el cofre que contenía el cuerpo de Osiris en los lejanos pantanos del delta, y se dirigió a Buto para cuidar de su hijo Horus.
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Osiris en el árbol ericáceo, con Isis y Neftis (bajorrelieve c. siglo I a.C. Dendera) |
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Isis copulando con Osiris |
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Osiris itifálico, debajo de Geb |
Una noche Set estaba cazando jabalíes salvajes a la luz de la luna llena cuando descubrió el cofre entre los juncos. Despedazó el cuerpo en catorce trozos (que simbolizan las catorce divisiones del año egipcio) y los diseminó por todo el país, arrojando el falo de Osiris al Nilo. Este acto de esparcir el cuerpo de Osiris mitológicamente explica la sucesión de las estaciones.
Isis buscó de nuevo a su marido, ayudadaza por su hermana Neftis (esposa del malvado Set) y su hijo Anubis, que tenía cabeza de chacal. Anubis había sido engendrado por Osiris, quien durante una noche muy oscura confundió a Neftis con Isis. Hay quien dice que ésta es la razón por la que Set odiaba tanto a Osiris. El pequeño Horus, con cabeza de halcón, ya tenía edad suficiente para ayudar también, y se les unió Thot, el dios de la luna, que tenía cabeza de ibis, y podía tomar la forma de un babuino. Juntos encontraron todas las partes de Osiris excepto el miembro genital, que había sido engullido por un pez. Unos dicen que Isis enterró todos los trozos; otros afirman que hizo con ellos una momia, abanicó el cuerpo del muerto con sus alas y Osiris revivió para convertirse en el señor de la eternidad, lo que simbólicamente significa que volvió a convertirse en su madre.
Isis en forma de milano concibiendo a Horus (XIX dinastía, c. 1300 a.C. Templo de Seti I, Abidos) El jeroglífico del nombre de la diosa –el trono aparece escrito ante la cabeza del ave.
Ahora Osiris ocupa el trono del inframundo, donde juzga las almas de los muertos. La historia continúa cuado Horus alcanza la mayoría de edad y venga la muerte de su padre, en los relatos conocidos como las “luchas entre Horus y Set”, en las que el primero desafía la supremacía de Set.
Isis defendió a su hijo ante un tribunal divino y ganó, pero Set no quedó satisfecho con el resultado y prosiguió la lucha donde se dice que el primero perdió su ojo izquierdo, pero Thot se lo curó. Set perdió un testículo. Sus batallas tuvieron lugar a lo largo de tres días y tres noches, la imagen de la gestación durante el periodo oscuro de la luna. Al final de la disputa Set y Horus se sodomizaron mutuamente por la fuerza.
Podemos considerar este ataque sexual como otra forma de incesto divino que pretende unificar violentamente fuerzas opuestas. La antítesis de Osiris (que representa el orden y la fertilidad del Nilo) no era su esposa y hermana Isis, sino su hermano Set (símbolo del caos y la sequía del desierto). Por lo tanto el incesto de Isis y Osiris no pretende una unificación de contrarios, sería más bien una unión política que garantizó el derecho divino de gobernar a sus hijos. El objetivo cósmico del incesto divino –la unificación de los contrarios absolutos- sólo era posible mediante la relación incestuosa de Osiris-Horus y Set (Osiris como sol que muere y Horus como sol renaciente).
Después de la sodomización mutua de los dioses, Isis retiró de Horus el semen de Set e introdujo en éste el semen de aquel, de modo que cuando Set declaró que había humillado y mancillado a Horus mediante la violación anal, los dioses descubrieron que era a la inversa y el derrotado Set se vio obligado a servir a Horus. De esta manera, en la disputa por la herencia venció Horus, que fue coronado rey. Sin embargo, Horus había encadenado a Set y se lo había entregado a Isis para que le diera muerte, pero la diosa lo liberó. Horus, enfurecido con su madre, le cortó la cabeza, pero Thot la sustituyó por la de una vaca. Viajó al inframundo para transmitir las novedades a Osiris y para despertarlo. Le dio como obsequio el ojo que le habían arrancado en la contienda, lo cual devolvió a Osiris la vida eterna. Dicho ojo pasó a ser conocido como el ojo “wedjat”, el ojo de la eternidad.



Wedjat
El hecho de que en todo Egipto no hubiera un texto completo de la historia de Isis y Osiris nos confirma que se trataba de un relato oral conocido por todos los egipcios. Originalmente era un mito de tradición oral, como lo fueron en sus orígenes la “Iliada” y la “Odisea”. El drama de la muerte y renacimiento de Osiris se escenificaba cada año en las representaciones teatrales históricas de Abidos, por lo que la historia pudo haber sido transmitida, como un arte o habilidad, de generación en generación.
Es un mito de la realidad invisible que subyace y hace inteligibles las obras de la naturaleza. Es un mito de la inmanencia, que muestra como los dioses egipcios se manifestaban en la creación De este modo, las dimensiones múltiples del mundo fenoménico se ponían en relación con el sentimiento humano de la existencia de un lazo místico de unión entre la humanidad y la naturaleza. Osiris cobra vida con la crecida del Nilo, el cereal que germina, la luna creciente, y en todo lo que es afirmativo en la naturaleza y en los seres humanos, y muerte cuando ocurre lo contrario.
Osiris como presencia guardiana de la eternidad, sujetando el cayado y el mayal, aparece junto a dos ojoswedjat de Horus (XX dinastía, c. 1190-1085 a.C. Tumba de Sennejem, Deir el Medina, Tebas)
La crecida de Nilo también se veía como las lágrimas de Isis por la pérdida de Osiris (Ver Pausanias en “La Fócide”). La diosa Isis se manifestaba como la estrella Sothis (Sirio), también llamada la estrella del Perro, cuyo orto por el horizonte oriental devolvía a Osiris a la vida y desataba la inundación.
El orto helíaco de Sirio. Mediada la Primavera Sirius reaparecía centelleando muy poco antes del amanecer en dirección Este (izquierda). El Sol, bajo el horizonte, y la estrella, rasante. A medida que el Sol se eleva y se aproxima el amanecer su luz va extinguiendo la de Sirio, que rápidamente desaparece (derecha).
En el mito Isis siempre está buscando a Osiris, encontrándolo y despertándolo de su sueño. El “hallazgo” de Osiris (en Grecia será el “hallazgo de Coré” de los Misterios Eleusinos) ocupa el lugar central de los rituales que celebran la crecida del Nilo.
Es necesario marcar la diferencia entre Osiris y Min (dios de la cosecha), cuyo don era la vitalidad del crecimiento. El don de Osiris era la reanimación o resurrección. Osiris es el misterio lunar, el devenir cíclico, en el que la oscuridad precede al resurgir de la luz. Min es el misterio solar, la fuerza vital que está o no está presente, representando por un toro blanco o por un hombre itifálico. De manera similar Hapi, el dios del Nilo con pechos femeninos que derrama su agua del Nilo de dos jarras, se identifica a menudo con Osiris.
Dioses Priapo y Min
Dos imágenes del dios Hapi, personificación del rio Nilo
En un poema sobre la indefensión de Osiris muerto, las dos hermanas Isis y Neftis se convierten en un mismo personaje en este himno y juntas contribuyen a su resurrección. Simbólicamente, Isis es la aurora y Neftis el ocaso; Isis es la estrella de la mañana, y Neftis la estrella vespertina. En palabras de Plutarco, Isis es la parte visible del mundo y Neftis la invisible. Juntas constituyen una unidad que complemente la dualidad de Osiris y Set, sus hermanos y esposos. Muchos sarcófagos se pintaban y grababan con imágenes de Isis y Neftis protegiendo al faraón con sus alas desplegadas.
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Isis y Neftis en el sepulcro de Ramsés III (XX dinastía, c. 1194-1163 a.C.). Fotografía Gonçal Vicens |
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Sepulcro de Ramsés III. |
Isis y Osiris son las fuerzas creativas de la vida y juntas son el alma universal del crecimiento. Si él es la inundación del Nilo, ella es la tierra que el Nilo cubre... De la unión de ambos surge Horus, la nueva vida de lo cereales. A Osiris, como fuerza del crecimiento que se manifiesta en el agua, se le llama “la gran cosa verde”; cuando dicha fuerza se manifiesta en la tierra se le llama “la gran cosa negra”, la humedad que engendra el cereal.
Un sacerdote riega el cuerpo de Osiris del cual está brotando trigo. Bajo el dios aparecen los signos anhk de la vida y el cetro was de la prosperidad divina (bajorrelieve, templo tolemaico de Isis en la isla de File). Osiris como “la gran cosa verde”. Un “hombre verde” actual.
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Campos de Ialu o de Osiris |
Las fases de la vida del cereal también se consideraban la manifestación del dios del grano que se moría y regresaba a la vida. Así, cuando se segaban las primeras espigas, había llantos y lamentos, como si el cuerpo del dios del cereal estuviese siendo desmembrado. Isis recogía los miembros dispersos de Osiris en un serón de aventar.
La aparición y desaparición de Osiris también está relacionada con las de la luna. Plutarco pone de manifiesto que Osiris vivió “veintiocho” años (período regular en el que coincide la luna llena con el día más corto o más largo del año y se cree que ambos astros se ponen en conjunción) y el desmembramiento de Osiris en catorce partes hace alusión a los días en que el astro se desvanece, desde el plenilunio hasta el novilunio.
Set es el principio opuesto a Osiris, es el antagonista perpetuo. Es la sequía, el calor abrasador, el terremoto, la tormenta, el trueno, la muerte.... Entre los humanos es, en palabras de Plutarco, una truculencia del alma. Es, en suma, cualquier cosa dañina o destructora que amenace con reducir o arrebatar la vida. Sus animales son el burro, el cocodrilo y el hipopótamo. Pero Set no es el mal, en mayúsculas, sino el elemento antagónico del Universo que ha de ser dominado y sometido al buen gobierno, para librarnos de la anarquía. Isis reconcilia ambos opuestos (Osiris-Set) sin acabar con su oposición.
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El dios egipcio Set o Seth. Fotografía de Ancient Egyptian Gods Gallery de Barbara Waterson. BBC History |
Isis personifica el “poder del amor” del Universo, que resucita a la vida de la muerte. Isis ama a Osiris, lo busca y con su poder lo devuelve a la vida, convirtiéndose así, mitológicamente, en su madre. Así, el esquema del mito de la diosa madre y el hijo-amante se hace visible, como una variación del tema universal de la Diosa.
El jabalí que mata a Tamuz, Adonis, Atis... es la imagen de la luna oscura, del abismo de la muerte, Los catorce trozos en que queda desmembrado Osiris son una imagen del desmembramiento de la luna, que Isis vuelve a unir como luna creciente.
La columna djed simboliza la resurrección. Isis es de nuevo la madre esencial (zoé), mientras que Osiris y Horus representan las fases de vida y muerte de esa fuente. La erección de la columna o pilar djed desde su posición horizontal hasta la vertical erguida, supone la culminación de los ritos de Osiris, y celebra el comienzo del Nuevo Año (o fiesta de Sed) en el que se renueva el poder del rey, que se convierte en Horus. El términodjed significa “estable” o “perdurable” y su erección significa que la fuerza vital ha resistido a las fuerzas inertes de la descomposición que yacen sin vida en el suelo. En relación con la cosecha, la erección de la columna significa que el espíritu del cereal no había muerto durante la siega. En ocasiones la columna se dibuja como un árbol de ramas podadas (ver la cruz cristiana, capitulo 14, Fig. 30) lo que recuerda al árbol eriáceo que rodeaba el sarcófago de Osiris en Biblos. Todos simbolizan el árbol de la vida como eje del mundo.
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Isis ayuda a Seti I a levantar la columna djed de Osiris (XIX dinastía, c. 1300 a.C. Templo de Seti I, Abidos). |
Tras levantare la columna djed, se vestía a la columna con una tela (tit) que era emblema de Osiris, por lo que la combinación de djed y tit simbolizaba la unión de Osiris e Isis, una restauración de la armonía tal y como existió en los orígenes. La imagen de la erección también rememora la primera vez que la colina alta (Atum) se alzó de entre las aguas de Nun como la primera “isla” de conciencia. Este acontecimiento primordial también puede ser renovado cada día cuando el sol (Ra) se alza de la noche (Atum-Ra).
En la figura siguiente el sol descansa en los brazos que forman la figura del Ka (el abrazo divino que sostiene toda cosa, persona o dios) que surge del Ankh (vida imperecedera) que ha sido creada por la columna djed.Isis y Neftis asisten a la fuerza vital de la columna djed hasta que ésta se manifiesta. Unos babuinos saludan el amanecer del sol con el gesto de la epifanía del Ka, como todavía hacen hoy en día. Los dioses con el gesto de epifanía Ka saludan a la fuerza vital.
Isis (a la izquierda) y Neftis (a la derecha), arrodilladas, ayudan al sol a alzarse de la columna djed. Seis babuinos lo celebran (papiro de Ani, XVIII dinastía, c. 1250 a.C.)
Las personas que fallecen se “convierten” en Osiris, para que al ser “halladas” por Isis y Neftis les ayuden a amanecer, a resucitar: se trata de una imagen de la transformación del alma.
Antes del 2500 a.C., cuando se escribieron los textos de las pirámides, Isis era ya una figura imaginada con toda precisión. Hizo su entrada en la cosmología de los sacerdotes de Heliópolis como cuidadora de los muertos. Pero también Isis revela la unidad de la creación, idea que proviene de la sensibilidad neolítica de un mundo unificado.
Pectoral de oro en forma de Isis alada (III dinastía Etiope, c. 710-663 a.C. Tumba cusita del rey Amarinataki-lebre, Nuri, Sudán)
La diosa pájaro del IV milenio a.C. (Egipto predinástico) se refleja en las alas de Isis que todo lo protege. En los textos de las pirámides se dice que el difunto “respira el hálito de Isis” (Budge “The Gods of the Egyptians” vol 1) imagen que surge del relato en la que Isis asume la forma de un milano y, con el batir de sus alas, creaba el viento o hálito de vida para despertar a su difunto esposo Osiris y devolverlo a la vida, concibiendo un hijo del dios mientras este yacía en su cofre, respirando hálito de vida y apartado, por lo tanto, de la muerte. Así, Isis revolotea con sus alas dadoras de vida sobre todas aquellos cuya alma ha abandonado su cuerpo por la boca, ofreciéndoles la primera bocanada de la vida eterna. El alma Ba (el alma individual y personal) también revolotea sobre el difunto en forma de pájaro, hasta que se une con el Ka (el alma universal), la esencia del poder de la vida.
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Isis en forma de milano sobre Osiris. Imagen del Ba en la tumba de Inherkhau. |
El Papiro de Ani. Lámina 37 o final del Libro de los Muertos. Este papiro ha sido redigitalizado con bellos colores y los contornos retocados por el Vassar College de Estados Unidos.
El papiro original es propiedad del Museo Británico en Londres, registrado bajo el nº 10.470, formando parte de las colecciones del museo desde 1888. Las 37 láminas originales se pueden ver en: http://www.britishmuseum.org/, haciendo click en “Research”, luego ingresando “Search the collection database,” y finalmente ingresando
En el Neolítico la diosa pájaro de las aguas superiores y la diosa serpiente de las aguas inferiores eran concebidas como una gran diosa del abismo circular de aguas que rodeaba la tierra. En Egipto, durante la Edad del Bronce, se mantiene esta unidad entre Wedjat o diosa serpiente del Bajo Egipto y Nekhet o diosa buitre del Alto Egipto. Esta asociación entre diosa y serpiente también aparece en el ureo real, la cobra erguida y dispuesta a escupir. El jeroglífico de la cobra erguida significa “diosa”. El wedjat (ojo de Horus) se asimilaba a menudo a Isis, tanto bajo su forma de serpiente como en la de “ojo de Ra”.
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Ureo en forma de cobra. A la derecha el ureo de Sesostris III |
Otra de las formas de la diosa es la diosa cerdo del Neolítico. Mil años después, en Egipto, aparece la imagen de Isis con las piernas abiertas como si estuviera a punto de dar a luz sobre el lomo de un cerdo. Ambas imágenes expresan el sentimiento de que el cerdo (con su constante fertilidad) representa las fuerzas de renovación perpetua de la naturaleza. La cerda es el animal sagrado que representaba a Deméter en Grecia.
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Diosa cerda egipcia, precursora de Isis (c. 3000 a.C.) |
Su relación con el chamanismo la podemos observar en la escalera que Isis sostiene en la mano, al igual que las escaleras que se pintaban al lado de las tumbas para que el alma ascendiera a los cielos, después de pasar por unos niveles de transformación o purificación. Más adelante, la virgen María recibe el apelativo de “Puerta del Cielo” y la imagen de la escalera reaparece en el mito de Sofía.
Para los egipcios la existencia divina se manifestaba en una gran variedad de animales, lo que le sugiere al egiptólogo Henri Frankfort “Ancient Egyptian Religión” que el egipcio sentía una reverencia religiosa subyacente hacia toda la vida animal, hasta tal punto que los animales en sí mismos poseían significado religioso para los egipcios. La creencia dominante en la religión egipcia era la de la inmutabilidad del universo: el único gran acontecimiento tuvo lugar en los orígenes, cuando el mundo emergió de las aguas primordiales. Los animales parece que nunca cambian y por eso participan de la naturaleza fundamental de la creación.
Los animales carroñeros, como los chacales y buitres, participan de la naturaleza divina de la diosa porque transforman la carne putrefacta en alimento dador de vida. Anubis, el que conduce a los muertos al inframundo, el “juez”, tiene cabeza de chacal, pesa el alma del difunto para decidir si es digna de entrar a presencia de Osiris, de la misma manera que al comer, el chacal distingue con exactitud los elementos capaces de transformarse de los que no los son. Recordemos la diosa buitre (de la muerte y regeneración) de Çatal Hüyüyk y al chacal Anubis como ejemplos de cómo surgen las asociaciones simbólicas.
La diosa Sekmet tiene la cabeza de león, y aparece sentada con el disco solar y el ureo sobre la cabeza. Estos tres elementos, por separado, son imágenes de energías poderosas y, juntas, implican una gran concentración de fuerza, que al ser disparada, igual yerra el blanco y se convierte en destructiva: de la misma manera que podía desencadenar la peste, podía curarla.
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La diosa Sekmet tiene la cabeza de león |
Isis como trono. La montaña.
La imagen de un trono de respaldo alto era tanto el jeroglífico del nombre de Isis, como el objeto que se sitúa sobre su cabeza. Según Anne Baring y Jules Cashfor (“El mito de la diosa”. Pág 294): “el trono recuerda el orden primigenio del comienzo, porque en su forma puede verse el montículo original, la ‘colina alta’, que primero emergió de las aguas como tierra habitable”.
Isis, pintada en oro, con el trono de oro sobre la cabeza, arrodillada sobre el emblema de oro, sujeta el anillo de la eternidad (sarcófago de Amenhotep II c. 14271401 a.C. Tumba de Amenhotep –Amenofis- II, valle de los Reyes, Tebas)
En muchas otras culturas la colina era la imagen de la Diosa como la Tierra. En Sumeria la montaña era imagen del inframundo (Kur), del útero de la madre, símbolo que procede del antiguo aprisco de animales y de la cueva prehistórica, representado por ∩. En Creta la diosa se yergue sobre su montaña, flanqueada por leones. La montaña es el lugar más cercano al cielo y por tanto el primer lugar que una divinidad alcanzaría al descender. Por eso los primeros templos tenían forma de montaña: el zigurat, la pirámide...
Primer grabado del libro de Athanasius Kircher, Sphinx Mystagoga (Amstelodami: Ex officina Janssonio-Waerbergiana, MDCLXXVI). Recreación bastante fantástica de Gizeh, pero con elementos reales: visitantes curiosos capaces de encaramarse hasta lo más alto de las pirámides y abigarramiento de caballos, camellos, arqueólogos, saqueadores y gente diversa alrededor. Fuente Mesa Revuelta
En una extensión de este simbolismo, el regazo de la diosa Isis se convirtió en el trono real de Egipto, de modo que subir al trono equivalía a recibir el alimento divino que otorgaba al rey las cualidades de la realeza y garantizaba su derecho a gobernar: “El trono ‘hace’ al rey”, como dicen muchos de los textos. Ya en la I dinastía un faraón se llamaba a sí mismo ‘hijo de Isis”. Así, Isis es la madre del rey que gobierna la tierra en su lugar como hijo suyo. Así era como se percibía el orden cósmico del universo en relación con el orden social de los seres humanos: “el derecho divino de los reyes”.
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Isis con el niño Horus (Museo Egipcio de El Cairo). |
Isis y Hathor.
Isis se funde con muchas otras diosas, como es el caso de Hathor. Lo demuestra la semejanza de los adornos de su cabeza: una corona con cuernos de vaca y con el disco solar descansando sobre ellos.
Isis, con cabeza de vaca, aparece como la estrella Sothis, que trae la inundación que hace crecer las plantas. El pájaro del alma se alza sobre el cereal como alma liberada de Osiris (templo de Isis en la isla de File)
Isis y Maat.
Maat y Thot
Ta Urt
La diosa de los mil nombres.
Madre e hijo.
Isis se funde con muchas otras diosas, como es el caso de Hathor. Lo demuestra la semejanza de los adornos de su cabeza: una corona con cuernos de vaca y con el disco solar descansando sobre ellos.
Isis, con cabeza de vaca, aparece como la estrella Sothis, que trae la inundación que hace crecer las plantas. El pájaro del alma se alza sobre el cereal como alma liberada de Osiris (templo de Isis en la isla de File)
Terracota de Isis-Afrodita , época romana en Egipto, II-III siglo d.C. La diosa también tiene los atributos de Hathor. The Metropolitan Museum of Art
Una tradición procedente del Neolítico afirmaba que las aguas primordiales y el dios más poderoso eran femeninos. El océano celeste se imaginaba en forma de una gran vaca que alimentaba al mundo con su lluvia de leche. Sus cuatro patas apoyadas sobre la tierra marcaban los cuatro puntos cardinales del universo. Su panza, cuajada de estrellas, formaba el cielo por el cual viajaba el sol en su trayecto diurno y nocturno. La diosa celesteNut también pude tomar la forma de una vaca. A veces se dibujaba al rey mamando directamente de la vaca, como Hathor amamantaba cada mañana a su pequeño hijo: el sol.
Isis y Osiris (el toro) tuvieron como hijo a Horus, que creció hasta convertirse en el halcón dorado (el sol).Osiris se identifica con el sol poniente, con la tarde, con el ayer y con todo lo pasado. Por otro lado, Horus se identifica con el sol naciente del este, con la mañana, con el día de hoy, con el presente. Ambos dioses son los dos aspectos de una misma figura: lo viejo y lo nuevo, el morir y el renacer.
Hathor (el cielo) se convirtió en el lugar donde muere y renace el sol, fundiéndose con la historia de la diosa Isis. En esta nueva historia, cada noche, se producía la reunión de Hathor con Horus, cuando el hijo volaba hacia la boca de su madre. Se celebraba una fiesta anualmente durante la cosecha, en la que se representaba unmatrimonio sagrado que duraba catorce días y comenzaba al menguar la luna.
Isis y Nut.
Nut era la diosa que a menudo se fundía con Isis y Hathor. Era la diosa del cielo y también la madre del sol, la luna y las estrellas. También como madre cósmica es representada en un grabado de la tumba de Seti I (c. 1300 a.C.) bajo la forma de una gran vaca impasible, por debajo de la cual navegan las barcas solares del día y de la noche, con un Shu (aire) diminuto sujetando su panza.
Nut como madre cósmica es representada en un grabado de la tumba de Seti I (c. 1300 a.C.) bajo la forma de una gran vaca impasible, por debajo de la cual navegan las barcas solares del día y de la noche, con un Shu(aire) diminuto sujetando su panza.
En la escritura jeroglífica la jarra de agua es el signo de Nut, la que vierte la lluvia de los cielos, ofreciendo bebida y comida a las almas de quienes han muerto.
Como diosa del cielo, Nut era a menudo dibujada como una mujer que arqueaba su cuerpo sobre el cuerpo del dios de la tierra, su esposo Geb (a veces llamado “toro de Nut”). Una representación semejante puede verse en el relieve de un techo del templo de Hathor (Dendera, c. 116 a.C.-34 d.C.) en el que la diosa del cielo Nut engulle y da a luz al dios del sol, cuyos rayos caen sobre Hathor, que representa al horizonte.
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Nut como el cielo estrellado |
Nut era a menudo dibujada como una mujer que arqueaba su cuerpo sobre el cuerpo del dios de la tierra, su esposo Geb (a veces llamado “toro de Nut”)
Neumann observa que en las sociedades matriarcales el cielo diurno es el reino en el que el sol nace y muere, no el reino sobre el que gobierna, como sucederá más tarde. Desde la perspectiva matriarcal, Nut es la forma femenina de Nun, el océano primordial que todo lo abarca; es la inmutable, la duradera, el receptáculo fundamental. El sol, la luna y las estrellas son sus hijos temporales y perecederos. Desde la perspectiva patriarcal, por el contrario, el dios del sol (Ra, manifestación visible de Atum) es el centro, el ser primario; viaja en su barca por el “abismo acuoso del cielo” (El cuerpo de la vaca celeste). El sol es la epifanía de la creación; como se ve en la imagen de abajo, representando el nacimiento del sol, y unos gestos gozosos de los brazos alzados por su renacimiento, que encontramos en el muro norte de la cámara funeraria de la tumba de Ramsés VI, XX dinastía, c. 1150 a.C. Valle de los Reyes, Tebas. En esta visión patriarcal Nun deja de ser la madre deRa (la manifestación visible de Atum, “El completo”) y pasa a ser su nieta.
Para Rundle Clark “Myth and Symbol in ancient Egypt” el punto de vista matriarcal era el más arraigado en las gentes del pueblo, mientras que eran principalmente los sacerdotes quienes defendían el punto de vista patriarcal. Desde este punto de vista, por ejemplo, la historia de la salida del sol cambia radicalmente: el enrojecerse de la aurora ya no se considera la sangre del parto de la madre, sino la sangre de la serpiente de la oscuridad, Apofis, a quien el sol ha dado heroicamente muerte.
El gato, representante del Sol en la noche, matando a la serpiente Apep (Apofis) y asegurando un nuevo amanecer
En la figura de abajo Set lancea a Apofis (otra dimensión de sí mismo), mientras que el sol permanece sentado en su barca. Esta imagen muestra el mito de la derrota de las fuerzas de la oscuridad a manos del dios de la luz.
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Set lanceando a Apofis y una escena del Libro de los Muertos en la que El difunto se enfrenta a Apofis. |
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Apofis herida por Miuty, el «Gran Gato de Heliópolis». |
La diosa Maat encarna el principio del equilibrio, de la compensación y de la armonía como base de las leyes del universo. Viaja en la barca de Ra, junto con Thot (su contrapartida masculina).
Maat y Thot
Al igual que Sofía, Maat estaba en el “abismo primigenio” como la que da vida al corazón del ser supremo antes de que la creación hubiese comenzado, cuando Atum deseaba que su corazón viviera. Nun le dijo a Atum que acercara su hija Maat a su nariz y que respirara en ella, para que su corazón viviera. A menudo se representa a Maat infundiendo el hálito de vida en los faraones. Para ello sostiene un Ankh contra su nariz. Maat infunde el aliento de vida sobre el comienzo de todas las cosas.
Maat es las leyes fundamentales del Universo, basadas en el principio de la armonía: “sea cual sea el desorden que el hombre o los accidentes naturales puedan provocar, la naturaleza, por sí sola, volverá a ponerlo en orden a través de las afinidades (la conciencia de armonía que habita en todas las cosas)”(“El mito de la diosa”. Pág. 306. Sin embargo, este “principio de la armonía” va en contra de la Segunda Ley de la Termodinámica.
Maat encarna la verdad, el orden justo, la legalidad y la justicia. Los faraones llevaban en la mano una muñeca que representaba a la diosa, y los jueces un emblema de lapislázuli que representaba a Maat. Así el orden social era un reflejo del orden divino y el gobierno de cada día representaba el tiempo primordial (“In illo tempore” de Mircea Eliade) en que Ra (el sol) puso el Orden (Maat) en lugar del Caos.
La pluma de Maat se colocaba en la balanza de la justicia para comparar su peso con el del corazón del que había muerto. Si el corazón era más pesado que la pluma, la balanza se inclinaba y el corazón caía en las fauces abiertas de Ta Urt, el monstruo con cabeza de cocodrilo, cuerpo de hipopótamo y pies de león, que estaba agazapado debajo. Si el difunto había sido justo, Thot lo llevaba ante Osiris, detrás de quien estaban Isis y Neftis. En la figura de la página siguiente el ojo alado de Horus sujeta en sus garras de ave la pluma de Maat y se la acerca a Osiris, que encarna a Maat en el inframundo. Las aguas primordiales de Nun yacen bajo el trono de Osiris y de ellas nace el loto, que florece al sol de la mañana, convirtiéndose en la flor cósmica originalcuyos pétalos se abrieron para revelar el sol, que se alzó y echó a volar por los cielos. Los cuatro hijos de Horus que sostienen los cuatro puntos cardinales se sostienen sobre el loto, que en última instancia se apoya en Nun.
Ta Urt
La idea de Maat equivale a los Me de Sumer y posteriormente al Tao chino, al Dharma indio y a la Sofiade la literatura sapiencial del Antiguo Testamento y de la tradición gnóstica cristiana. Quizá también sea equivalente al “Reino de los Cielos” de Jesús y al “Reino” de los evangelios gnósticos. Todos estos términos se refieren a una imagen de orden cósmico, armonía arquetípica o ley universal de la que deriva el orden social humano. Nosotros entendemos esta idea bajo el término Logos: “En el principio existía la Palabra” (“logos” en griego). Originariamente esta idea se encarnaba en la imagen de la Diosa, que expresaba el orden espiritual de la Totalidad, la ley de la encarnación que regía los principios por los que la Unidad se manifestaba (encarnaba) como diversidad.
A menudo se hace referencia a Nut, Hathor e Isis como unidad. A las tres se les llama “diosa del sicómoro”, “madre del cielo”, “reina de todos los dioses y diosas”... Isis es la “señora del gozo y la abundancia”. Con el Reino Nuevo (1550 a.C.) Atum dejó de ser el dios nacional, posición que pasó a Amon. En esa época Isis sobrepasó en poder a todas las demás diosas que fueron apareciendo y despareciendo. Isis fue la única diosa de los mil nombres.
La figura de Isis alberga una paradoja, pues era adorada como gran madre de la vida, la muerte y la regeneración, pero también sufría dificultades y pérdidas como los seres humanos. Es posible que este perfil humano de su semblante explique lo duradero de su atractivo. Como Inanna en Mesopotamia, Isis vincula a la humanidad con el rostro incognoscible de la divinidad al hacerse casi humana. Es la mediadora entre los dos reinos, como la virgen María habría de serlo para muchas personas miles de años después.
Isis sufre y supera las pruebas de la condición humana (muerte de los seres queridos) y, por lo tanto, puede servir de imagen de reconciliación de las condiciones de la existencia humana.
Diosa de la palabra del poder.
Uno de los mitos que tratan de la Diosa comienza relatando que al principio era una mujer y acabó siendo diosa, con poder incluso sobre el dios sol Ra, el señor que se creó a sí mismo.
Este relato revela la coexistencia de las tradiciones neolíticas del culto a la Diosa y al dios, el cual pervivió entre las gentes del campo y allí donde la religión oficial perdía su dominio central. Finalmente, en los siglos II y III d.C. casi llegó a superar a la religión oficial con la expansión de los Misterios de Isis.
En Heliópolis, donde predominaba el planteamiento ortodoxo, Ra (manifestación visible de Atum) era el bisabuelo de Isis y el creador de todo. Isis conocía la “palabra de poder” (el secreto del nombre de Ra) lo cual la condujo a desear convertirse en una diosa similar en rango y poder a Ra. Se cuenta esta historia.
El dios Ra se había hecho viejo y baboso, y su saliva cayó a tierra. Entonces Isis amasó parte de su saliva y construyó una serpiente sagrada y la puso en el camino del gran dios, y al pasar éste, la serpiente le mordió. El dios moribundo reunió a su lado a todos los hijos de los dioses y también vino Isis, cuya boca estaba llena dealiento de vida y cuyas palabras hacen vivir de nuevo las gargantas de los que han muerto. “Yo te curaré” -le dijo a Ra-, “pero dime tu nombre, padre santo, porque todo lo que se traiga al mundo en tu nombre se curará” Y Ra dijo: “He hecho los cielos y la tierra, las montaña y el agua. Soy el que hace la luz cuando abre los ojos, y si los cierra, viene la oscuridad”. Isis dijo: “Pero lo que has dicho no es tu nombre; dímelo y el veneno se irá”. El veneno quemaba como fuego y el gran dios dijo: “Consiento que Isis busque dentro de mí y que mi nombre pase de mí a ella”. Entonces dijo Isis: “Veneno, vete, sal de Ra. Que Ra viva y el veneno muera”.
En este mito el poder supremo del culto a la diosa consigue imponerse al del dios Ra, el de la postura ortodoxa. Por otra parte, el secreto que rodea el nombre del “altísimo” anticipa el carácter impronunciable del nombre santo de Yahvé.
Madre e hijo.
“El niño solo e indefenso, acunado tan sólo por la naturaleza en un lugar salvaje lejos de la compañía humana, es un motivo constante en los mitos del mundo que reaparece cada vez que nace un héroe” (Pág. 313). El chamán prehistórico -y los actuales también- solían transmitir sus conocimientos a un discípulo al que aislaban del contacto social, metiéndolo en lo más hondo de los bosques, en las cuevas, o en lo alto de los montes o acantilados, donde se daban las condiciones necesarias para alcanzar el éxtasis.
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La Isis Lactans como modelo de la virgen María. Pedro Berruguete Virgen de la leche |
Horus nació en secreto en un matorral lleno de serpientes vene venenosas, en los pantanos del delta, donde Isis lo cuidadaza. Pero tuvo que irse para buscar comida y cuando regresó, el niño se estaba muriendo, pues había sido envenenado. Isis clamó a Ra, apostado en su barca y cuando éste llegó a la altura de la diosa, el sol se detuvo. Entonces bajó Thot, pronunció las palabras mágicas de poder y Horus se recuperó.
En un relato similar, la propia Isis cura la picadura de escorpión de un niño, el de la señora rica que le denegó albergue cuando Isis, acompañada de siete escorpiones, iba huyendo de Set, el cual le había apresado después de la muerte de Osiris. Los escorpiones, ofendidos por la negativa, picaron a su hijo.
Una de las imágenes que más tiempo perduró es la de la diosa como madre vulnerable y sola que se enfrenta a fuerzas peligrosas, a las que finalmente derrota con la ayuda de grandes poderes provenientes de si misma o del exterior. ¡Ay, hijo mío! ¿Está ardiendo, pajarito mío? ¿Tienes demasiado calor, ahí en el arbusto? Tu madre no puede estar contigo, ni hay hermana que te abanique, ni nodriza que te asista?(Pág. 315).
La Isis helenística
Alejandro Magno conquistó Egipto en el 332 a.C. Los sucesores de Alejandro fueron los reyes tolemaicos, que fomentaron la fusión de la religión egipcia y griega. Así Isis se convirtió en la esposa del dios de los tolomeos Serapis (el antiguo dios toro, bajo una nueva forma). Comerciantes egipcios llevaron a Grecia la religión egipcia, donde se vinculó a Isis con Deméter, Osiris con Dionisio, con Plutón y Hades. Isis y Serapio tenían un templo en la ladera meridional de la Acrópolis de Atenas. En Délos también había un templo de Isis.
Serapis, como toro y un Serapis helenístico
En el siglo II d.C. se compuso un himno en honor de Isis, en Cimi, el cual recuerda al himno Akathists a Maria (s. V d.C.) y el himno gnóstico a Sofía.
Himno a Isis, siglos III o IV, descubierto en Nag Hammadi
Porque soy la primera y la última,
yo soy la venerada y la despreciada,
yo soy la prostituta y la santa,
yo soy la esposa y la virgen,
yo soy la madre y la hija,
yo soy los brazos de mi madre,
yo soy la estéril y numerosos son mis hijos,
yo soy la bien casada y la soltera,
yo soy la que da a luz y la que jamás procreó,
yo soy el consuelo de los dolores del parto,
yo soy la esposa y el esposo,
y fue mi hombre quien me creó,
yo soy la madre de mi padre,
soy la hermana de mi marido,
y él es mi hijo rechazado.
Respetadme siempre,
porque soy la escandalosa y la magnífica.
A continuación un fragmento del himno a Isis que se encontró en la ciudad de Salónica.
HIMNOS A ISIS
Traducción y estudio preliminar Elena Muñiz Grijalvo, Trotta, 2006
Ilustración de la portda: A. Kircher ,Oedipus Aegyptiacus, Roma, (1652-1654)
HIMNO DE SALÓNICA
(I-II d.C.)
1. …Yo soy la primera que descubrió los frutos de la tierra para los hombres.
2. Yo soy la madre del rey Horus
3. Yo soy la que se manifiesta en la estrella en Canis Maior.
4. Yo soy a la que llaman “diosa” entre las mujeres.
5. Me construí la ciudad de Bubastis.
6. Yo separé la tierra del cielo.
7. Yo establecí los caminos de las estrellas.
8. Yo dispuse los caminos del sol y de la luna.
9. Yo inventé la navegación.
10. Yo engrandecí lo que era justo.
11. Yo uní al hombre y a la mujer.
12. Yo dispuse que alumbrara cada diez meses un feto.
12. Yo establecí que lo justo era que los padres fueran amados por sus hijos.
13. Yo establecí que se castigara a los padres que se comportaban mal con sus hijos.
14. Yo puse fin, junto con mi hermano Osiris, a la antropofagia.
15. Yo di a conocer los misterios a los hombres.
16. Yo enseñé a los hombres a honrar las estatuas de los dioses.
17. Yo fundé los santuarios de los dioses.
18. Yo acabé con el crimen.
19. Yo dispuse que las mujeres fueran amadas por los hombres.
20. Yo hice que lo justo fuera más preciado que el oro y la plata.
21. Yo establecí que es justo que se tenga por hermosa la verdad.
22. Yo inventé los contratos matrimoniales.
Apuleyo (siglo II d.C.) identifica a Isis con Ceres, Venus y Proserpina. Nos cuenta cómo los sistros se seguían agitando hasta que salía el sol durante las fiestas celebradas en su templo de Roma. Apuleyo era un iniciado en los Misterios de Isis, en su libro “El asno de oro” la diosa transforma a Lucio de asno en hombre, en lo que constituye una precisa metáfora de iniciación: “soy la divinidad única a quien venera el mundo entero bajo múltiples formas, variados ritos y los más diversos nombres”.
Los misterios egipcios se celebraban en secreto en las cámaras internas de los templos, cuyo acceso estaba prohibido a la gente ordinaria. En ellos se escenificaba la pasión de Osiris, su muerte, la necesidad de protección en el inframundo, la ayuda de Isis y Neftis y su resurrección. Es una fiesta que marcaba el paso del año. En el relato de Apuleyo, casi un mileno después, el centro de atención se ha desplazado a Isis. La historia de “El asno de oro” la cuenta un iniciado llamado Lucio (Luz). Primero había sufrido una muerte voluntaria –la condición universal para la iluminación mística-, hasta llegar a perder la conciencia de saberse humando. Sumergido por siete veces bajo las olas del mar, llega a la culminación de sus sufrimientos, cuando se le aparece una deslumbrante luna llena que se alza del mar, la diosa: “ante todo y sobre todo deslumbraba mis ojos era su manto de un oscuro tan intenso que irradiaba reflejos de puro negro”. Esta es la aparición de la Reina de la Noche, que en “La Flauta Mágica” se hace visible como epifanía de la naturaleza, que es la madre de todo.


Escenografía para la ópera, de Schinkel, para el estreno en Berlín, en el año 1815, con La Reina de la Noche
En la nueva manifestación del mito de la diosa lo que más quedó grabado en la imaginación fue la visión de la diosa madre y de su hijo salvador. El cristianismo, en cambio, vetó y escondió el carácter divino de la Naturaleza, como epifanía de la divinidad.