R. DE CASTRO

Del antiguo camino a lo largo -

Monet
Del antiguo camino a lo largo,
ya un pinar, ya una fuente aparece
que brotando en la peña musgosa
con estrépito al valle desciende.
Y brillando del sol a lo rayos
entre un mar de verdura se pierden,
dividiéndose en limpios arroyos
que dan vida a las flores silvestres
y en el Sar se confunden, el río
que cual niño que plácido duerme,
reflejando el azul de los cielos,
lento corre en la fronda a esconderse.

No lejos en soto profundo de robles,
en donde el silencio sus alas extiende,
y da abrigo a los genios propicios,
a nuestras viviendas y asilos campestres,
siempre allí, cuando evoco mis sombras,
o las llamo, respóndenme y vienen.


-A orillas del Sar- 


Lisovigor

A través del follaje perenne
Que oír deja rumos,
Y entre un mar de ondulante verdura,
Amorosa mansión de los pájaros,
Desde mis ventanas veo
El templo que quise tanto.

El templo que tanto quise...
Pues no sé decir ya si le quiero,
Que en el rudo vaivén que sin tregua
Se agitan mis pensamientos,
Dudo si el rencor adusto
Vive unido al amor en mi pecho.




- NEGRA SOMBRA -


J.-Benoît Suvée (1743-1807)

El cuadro de Joseph-Benoît Suvée «Butades o el origen de la pintura» (1791) representa a una joven mujer de Corinto, hija de un artesano llamado Butades, que, con un carboncillo y siguiendo la sombra proyectada a la luz de una vela, traza en una pared la silueta de la cabeza de su amante, que está a punto de marcharse, para así conservar su imagen, o acaso, como dicta la tradición primitiva, también su alma.

En su Historia Natural, Plinio el Viejo relata este mito del origen de la pintura: "La cuestión sobre los orígenes de la pintura no está clara [...]. Los egipcios afirman que son ellos los que la inventaron seis mil años antes de pasar a Grecia [...]. De los griegos, por otra parte, unos dicen que se descubrió en Sición, otros en Corinto, pero todos reconocen que consistía en circunscribir con líneas el contorno de la sombra de un hombre.

Así fue, de hecho, su primera etapa; la segunda empleaba sólo un color cada vez y se llama monocroma; después se inventó una más compleja y esa es la etapa que perdura hasta hoy. [...]. La primera obra de este tipo (plástica) la hizo en arcilla el alfarero Butades de Sición, en Corinto, sobre una idea de su hija; enamorada de un joven que iba a dejar la ciudad: la muchacha fijó con líneas los contornos del perfil de su amante sobre la pared a la luz de una vela. Su padre aplicó después arcilla sobre el dibujo al que dotó de relieve, e hizo endurecer al fuego esta arcilla con otras piezas de alfarería. [...]".
Esta leyenda, que ha sido representada por otros artistas, como Felice Giani, Jean-Baptiste Regnault, Joseph Wright de Derby o Louis-Jean-François Lagrenée, el Mayor, trata de la creencia según la cual la pintura no surge de la percepción real, sino de la memoria de la imagen construida a partir de una sombra.
Pero el lienzo es, sobre todo, la anticipación de la ausencia del objeto de deseo, pérdida que será paliada por el recuerdo gráfico.
El pintor de Brujas, contemporáneo de otro gran “neoclásico”, Jacques-Louis David, utiliza el claroscuro de forma bien hermosa en esta composición de cromatismo delicado y formas puras en la que no hay notas disonantes. Crea una escena cargada de intimismo, donde la oscuridad es rota únicamente por la luz que emana de una candela y que se proyecta directamente en la figura femenina, modelándola tenuemente, tornándola rotunda y ligera a un tiempo.
La estática y extática, casi mística, actitud del joven contrasta con la aparente serenidad de la mujer, para quien lo más importante en este instante parece ser separarse del olvido mediante una delgada línea: la del perfil que suplirá la inminente ausencia.

Bibliografía:

Sir James George Frazer. El alma como sombra y como reflejo. En: La rama dorada, Capítulo XVIII, Los peligros del alma. Madrid: Fondo de Cultura Económica, 10ª reimpresión, 1999.

Plinio El Viejo (Cayo Plinio Cecilio Segundo). Naturalis Historiae, Liber XXXV. Libro XXXV. En: Lacus Curtius.Frances Muecke. Taught by Love: The Origin of Painting Again. Art Bulletin 1999; 81: 297-302.
Victor I. Stoichita. Breve historia de la sombra. Madrid: Ediciones Siruela (Colección La Biblioteca Azul, nº 14), 2ª edición, 2000.

POEMA


Cuando pienso que te fuiste,

negra sombra que me asombras, 



a los pies de mis cabezales, 
tornas haciéndome mofa.

Cuando imagino que te has ido, 
en el mismo sol te me muestras,
y eres la estrella que brilla,
y eres el viento que zumba.

Si cantan, eres tú que cantas, 
si lloran, eres tú que lloras,
y eres el murmullo del río 
y eres la noche y eres la aurora.

En todo estás y tú eres todo, 
para mí y en mi misma moras, 
ni me abandonarás nunca,
sombra que siempre me asombras.


APUNTES


Este poema, "Negra Sombra" , se convirtió en una de las más emblemáticas canciones de la música gallega, porque el músico Xoán Montés Capón (Lugo 1840-1899) unió estas letras con un alalá recogido en A Cruz do Incio. Fue presentado por primera en el Gran Teatro de La Habana en 1892.

Se considera uno de los cantos más hermosos y elementales de Galicia, y sus letras se funden con un trazo melódico de modo que ya no se conciben separadamente.




- Hora tras hora, día tras día -

Marcus  Stone



Hora tras hora, día tras día,

Entre el cielo y la tierra que quedan

Eternos vigías,
Como torrente que se despeña
Pasa la vida.

Devolvedle a la flor su perfume
Después de marchita;
De las ondas que besan la playa
Y que una tras otra besándola expiran
Recoged los rumores, las quejas,
Y en planchas de bronce grabad su armonía.

Tiempos que fueron, llantos y risas,
Negros tormentos, dulces mentiras,
¡Ay!, ¿en dónde su rastro dejaron,
En dónde, alma mía?




Dicen que no hablan las plantas

Michael Garmash

Dicen que no hablan las plantas, ni las fuentes, ni los pájaros,

Ni el onda con sus rumores, ni con su brillo los astros,
Lo dicen, pero no es cierto, pues siempre cuando yo paso,

De mí murmuran y exclaman:

—Ahí va la loca soñando
Con la eterna primavera de la vida y de los campos,
Y ya bien pronto, bien pronto, tendrá los cabellos canos,
Y ve temblando, aterida, que cubre la escarcha el prado.

—Hay canas en mi cabeza, hay en los prados escarcha,
Mas yo prosigo soñando, pobre, incurable sonámbula,
Con la eterna primavera de la vida que se apaga
Y la perenne frescura de los campos y las almas,
Aunque los unos se agostan y aunque las otras se abrasan.

Astros y fuentes y flores, no murmuréis de mis sueños,
Sin ellos, ¿cómo admiraros ni cómo vivir sin ellos?




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