P. CELAN
Paul Celan nació en 1920 en Czernowitz, entonces ciudad búlgara, y se suicidó en París en 1970. Si hubiera que resumir su biografía en una palabra no me cabe duda de que sería “sufrió”. Sufrió la guerra, la persecución nazi (sus padres murieron en 1942 en un campo de concentración y él mismo estuvo internado en un campo de trabajo), sufrió con el comunismo y la actitud de algunos de sus compañeros (son desgarradoras sus páginas de dolor cuando Eluard no quiso exigir a Stalin la liberación de un poeta checo que terminó ajusticiado), sufrió a menudo la incomprensión artística, sufrió en su vida familiar y personal (con grandes depresiones e internamientos)… “Diariamente la humillación penetra en mi casa, diariamente, créame”, le escribió a Nelly Sachs.
En 1953 (se había casado con Gisèle de Lestrange el año anterior) murió, a los pocos días de nacer, su hijo François, un dolor nunca superado que constituye el centro de su libro “De umbral en umbral”. Tras la muerte del niño escribió el breve pero emocionante poema “Epitafio para François”, el único que fechó en toda su vida (octubre de 1953).
- Epitafio para François -
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Rodín |
Las dos puertas del mundo
están abiertas:
abiertas por ti
en la doble noche.
Las oímos golpear y golpear
y llevamos lo incierto,
llevamos el verdor a tu siempre.
(Octubre de 1953)
Canción de una dama en la sombra
Dan Witz
Si la dama del silencio llega y decapita los tulipanes:
¿quién gana?
¿quién pierde?
¿quién se asoma a la ventana?
¿quién pronuncia primero su nombre?
Es alguien que lleva mi pelo.
Lo lleva como se llevan los muertos en las manos.
Lo lleva como el cielo llevó mi pelo en el año en que amaba.
Lo lleva así por vanidad.
Él gana.
No pierde.
No se asoma a la ventana.
No dice su nombre.
Es alguien que tiene mis ojos.
Los tiene desde que cerraron las puertas.
Los lleva como anillos en el dedo.
Los lleva como pedazos de placer y zafiro:
ya era mi hermano en el otoño;
ya cuenta los días y las noches.
El gana.
No pierde.
No se asoma a la ventana.
Dice al último su nombre.
Es alguien que tiene lo que dije.
Lo lleva bajo el brazo como se llevan las actas.
Lo lleva como el reloj lleva la peor de sus horas.
Lo lleva de umbral en umbral, no lo abandona.
El no gana.
El pierde.
Se asoma a la ventana.
Dice primero su nombre.
A él lo decapitan con los tulipanes.