CHARLES BAUDELAIRE
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- Las muchedumbres -
La primera edición de Las Flores del Mal con anotaciones manuscritas de su autor Charles Baudelaire
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- Las muchedumbres -
No a todos les es dado tomar un baño de multitud; gozar de la muchedumbre es un arte; y sólo puede darse a expensas del género humano un atracón de vitalidad aquel a quien un hada insufló en la cuna el gusto del disfraz y la careta, el odio del domicilio y la pasión del viaje.
Multitud, soledad: términos iguales y convertibles para el poeta activo y fecundo. El que no sabe poblar su soledad, tampoco sabe estar solo en una muchedumbre atareada.
Goza el poeta del incomparable privilegio de poder a su guisa ser él y ser otros. Como las almas errantes en busca de cuerpo, entra cuando quiere en la persona de cada cual. Sólo para él está todo vacante; y si ciertos lugares parecen cerrársele, será que a sus ojos no valen la pena de una visita.
El paseante solitario y pensativo saca una embriaguez singular de esta universal comunión. El que fácilmente se desposa con la muchedumbre, conoce placeres febriles, de que estarán eternamente privados el egoísta, cerrado como un cofre, y el perezoso, interno como un molusco. Adopta por suyas todas las profesiones, todas las alegrías y todas las miserias que las circunstancias le ofrecen.
Lo que llaman amor los hombres es sobrado pequeño, sobrado restringido y débil, comparado con esta inefable orgía, con esta santa prostitución del alma, que se da toda ella, poesía y caridad, a lo imprevisto que se revela, a lo desconocido que pasa.
Bueno es decir alguna vez a los venturosos de este mundo, aunque sólo sea para humillar un instante su orgullo necio, que hay venturas superiores a la suya, más vastas y más refinadas. Los fundadores de colonias, los pastores de pueblos, los sacerdotes misioneros, desterrados en la externidad del mundo, conocen, sin duda, algo de estas misteriosas embriagueces; y en el seno de la vasta familia que su genio se formó, alguna vez han de reírse de los que les compadecen por su fortuna, tan agitada, y por su vida, tan casta.
Esta noche la luna sueña con más pereza,
Igual a una beldad que sobre muchos cojines
Con mano ligera y de abandono acaricia
La forma de sus senos antes de dormirse.
Sobre el dorso de seda de suaves avalanchas,
Muriente, se entrega a prolongados éxtasis,
Y pasea su mirada sobre visiones blancas
Que ascienden al azul, igual que floraciones.
Cuando algunas veces sobre esta forma, en su languidez ociosa,
Deja rodar una lágrima furtiva,
Un piadoso poeta, enemigo del ensueño,
Acoge esta pálida lágrima en el cuenco de su mano
Como un pedazo de ópalo de irisados reflejos.
Y en su corazón la guarda, lejos de los ojos del sol.
- La musa enferma -
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Waterhouse |
Mi Pobre musa, !ay! ¿qué tienes este día?
Pueblan tus vacuos ojos las visiones nocturnas
Y alternándose veo reflejarse en tu tez
La locura y el pánico, fríos y taciturnos.
¿El súcubo verdoso y el rosado diablillo
El miedo te han vertido, y el amor, de sus urnas?
¿Con su puño te hundieron las foscas pesadillas
En el fondo de algún fabuloso Minturno?
Quisiera que, exhalando un saludable olor,
Tu seno de ideas fuertes se viese frecuentado
Y tu cristiana sangre fluyese en olas rítmicas,
Como los sones múltiples de las sílabas viejas
Donde, reinan Por turno Febo, padre del canto,
Y el gran Pan, cuyo imperio se extiende por las mieses.
La musa malade
Ma pauvre muse, hélas! Qu'as-tu donc ce matin?
Tes yeux creux sont peuplés de visions nocturnes,
Et je vois tour à tour réfléchis sur ton teint
La folie et l'horreur, froides et taciturnes.Le succube verdâtre et le rose lutin
T'ont-ils versé la peur et l'amour de leurs urnes?
Le cauchemar, d'un poing despotique et mutin,
T'a-t-il noyée au fond d'un fabuleux Minturnes?Je voudrais qu'exhalant l'odeur de la santé
Ton sein de pensers forts fût toujours fréquenté,
Et que ton sang chrétien coulât à flots rythmiques,
Comme les sons nombreux des syllabes antiques,
Où règnent tour à tour le père des chansons,
Phoebus, et le grand Pan, le seigneur des moissons.
- SPLEEN -
Yo soy como ese rey de aquel país lluvioso,
Rico, pero impotente, joven, aunque achacoso,
Que, despreciando halagos de sus cien concejales,
Con sus perros se aburre y demás animales.
Nada puede alegrarle, ni cazar, ni su halcón,
Ni su pueblo muriéndose enfrente del balcón.
La grotesca balada del bufón favorito
No distrae la frente de este enfermo maldito;
En cripta se convierte su lecho blasonado,
Y las damas, que a cada príncipe hallan de agrado,
No saben ya encontrar qué vestido indiscreto
Logrará una sonrisa del joven esqueleto.
El sabio que le acuña el oro no ha podido
Extirpar de su ser el humor corrompido,
Y en los baños de sangre que hacían los Romanos,
Que a menudo recuerdan los viejos soberanos,
Reavivar tal cadáver él tampoco ha sabido
Pues tiene en vez de sangre verde agua del Olvido
(Traducción de Ignacio Caparrós)
- Los gatos-
Frederick Phillips
Los amantes fervientes y los sabios austeros
Adoran por igual, en su estación madura,
Al orgullo de casa, la fuerza y la dulzura
De los gatos, tal ellos sedentarios, frioleros.
Amigos de la ciencia y la sensualidad,
Al horror de tinieblas y al silencio se guían;
Los fúnebres corceles del Erebo serían,
Si pudieran al látigo ceder su majestad.
Adoptan cuando sueñan las nobles actitudes
De alargadas esfinges, que en vastas latitudes
Solitarias se duermen en un sueño inmutable;
Mágicas chispas yerguen sus espaldas tranquilas,
Y partículas de oro, como arena agradable,
Estrellan vagamente sus místicas pupilas.
- Versos de Baudelaire y cuadros de Chagall -
"Sería necio que yo aspirara a haceros ver lo invisible, por medio de un discurso lógico. Al artista le toca hacerlo. La lectura de un poema o la contemplación de un cuadro vivientes os darán, mejor que nada, esa consciencia de lo impensable que el razonamiento no alcanza a producir, mucho menos a entregar".
Charles Baudelaire
Pensando qué imágenes podrían acompañar algunos versos de Baudelaire me vino a la memoria el cuadro de Marc Chagall París desde mi ventana (1913).

LXXXIX El cisne (Cuadros parisinos)
¡Cambia París! ¡Mas nada en mi melancolía
se ha movido! Suburbios viejos, nuevos palacios,
bloques, andamios, todo se vuelve alegórico,
y pesan más que rocas mis recuerdos queridos.
Navegando por la red a su búsqueda fui descubriendo o redescubriendo otras obras suyas y se me ocurrió intentar relacionarlas con los versos que había seleccionado de algunos poemas de Las Flores del Mal. El estilo y la temática de estos dos artistas son diferentes pero los une, desde luego, "la modernidad" (el poeta como punto de partida de la misma, el pintor como elemento destacado de las vanguardias (surrealista con influencias del expresionismo y del cubismo.

A la que es demasiado alegre III
(Los desechos, poemas censurados en la edición de 1857)
Tu aire, tu gesto, tu cabeza
bellos son cual bello paisaje;
juega con tu rostro la sonrisa
cual fresco viento en cielo claro.
Cuando al pasar rozas a un triste
le deslumbras con la salud
que surge cual la claridad
de tus brazos y de tus hombros/.../
Así querría yo una noche,
a la hora de los deleites,
a los tesoros de tu cuerpo,
reptar sin ruido, tal cobarde,
y castigar tu carne alegre...
Ángel lleno de júbilo ¿Conoces tú la angustia,
los sollozos, la verguenza, el hastío y los remordimientos,
y el llanto y los terrores de esas noches horribles
que el corazón comprimen cual papel que se arruga?
Ángel lleno de júbilo ¿Conoces tú la angustia?
LIII Invitación al viaje
¡Mi niña, mi hermana,
piensa en la dulzura
de ir a vivir juntos, lejos!
¡Amar a placer,
amar y morir
en un país como tú!
XXIV
Te adoro de igual modo que a la nocturna bóveda,
oh vaso de tristeza, oh inmensa taciturna,
y más te amo, hermosa, cuando tú más me huyes,
y cuando me pareces, ornato de mis noches,
acumular las leguas más irónicamente
que separan mis brazos de las inmensidades
azules/.../
Como os daréis cuenta los poemas no están completos: buscadlos en vuestro libro, leedlos y dedicadles un poco de tiempo a su análisis: puede que alguno de ellos sea el que tengáis que comentar en el examen ;hay que hacer lo mismo con, al menos, los siguientes: LI El gato, LXXIX Obsesión, CIII Crepúsculo matutino, CIX La destrucción, XXVI Sed non satiata, XXXIII Remordimientos póstumos, LXXXIII El heautontimoroumenos, CXVI Un viaje a citerea.
En la siguiente dirección tenéis varios poemas comentados:
Para una reseña sencilla del autor podéis entrar en:
El siguiente audiovisual no está muy bien hecho pero si le queréis echar un vistazo...
Rubens, río de olvido, jardín de la pereza
Almohada de carne fresca donde no se puede amar,
Pero donde la vida afluye y se agita sin cesar,
Como el aire en el cielo y la mar en la mar.

Leonardo de Vinci, espejo profundo y sombrío,
Donde ángeles encantadores, con una suave sonrisa
Cargada de misterio, surgen a la sombra
De los glaciares y de los pinos que encierran sus tierras.

Rembradt, triste hospital colmado de murmullos,
Y un gran crucifijo decora solamente,
Donde la oración en llanto se despide de la basura,
Y donde un rayo de invierno la atraviesa bruscamente;

Miguel Angel, vago lugar donde se ven Hércules
Mezclarse a los Cristos, y se levantan
todos rígidosFantasmas poderosos que en los crepúsculos
Desgarran su sudario estirando los dedos;

Cóleras de boxeador, impudor de fauno,
Tú que supiste recoger la belleza de los granujas,
Gran corazón lleno de orgullo, hombre débil y amarillo,
Puget, melancólico emperador de los forzados;

Watteau, ese carnaval donde tantos corazones ilustres,
Como mariposas, vagan centelleando,
Decorados frescos y ligeros iluminados por arañas
Que vuelcan la locura en este baile giratorio;

Goya, pesadilla repleta de cosas desconocidas,
De fetos que se hacen cocer en medio de los sabbats,
De viejas frente a espejos y niñas desnudas,
Para tentar a los demonios ajustando bien sus medias;

Delacroix, lago de sangre que frecuentan ángeles malvados,
Sombreado por un bosque de abetos siempre verde,
Donde bajo un cielo de pena, extrañas fanfarrias
Pasan, como un leve suspiro de Weber;


Esas maldiciones, esas blasfemias, esos lamentos,
Esos éxtasis, esos gritos, esos llantos, esos Te Deum,
Son un eco repetido por mil laberintos;
Son para los corazones mortales, un opio divino!
Es un grito repetido por mil centinelas,
Una orden transmitida por mil portavoces;
Es un faro iluminado sobre mil ciudadelas,
Un llamado de cazadores perdidos en los grandes bosques!
Porque en verdad, Señor, el mejor testimonio
Que nosotros podríamos dar de nuestra dignidad
Es el ardiente sollozo que rueda las edades
Y viene a morir al borde de tu eternidad!
- Las letanías de Satán -
Watts
Oh, tú, el más sabio y el más bello de los ángeles,
dios traicionado por la suerte y privado de alabanzas!
¡Satán, ten piedad de mi larga miseria!
Oh, príncipe del exilio, a quien se le ha hecho un agravio,
y que, vencido, siempre te levantas más fuerte,
¡Satán, ten piedad de mi larga miseria!
Tú que lo sabes todo, gran rey de las cosas subterráneas,
sanador familiar de las angustias humanas,
¡Satán, ten piedad de mi larga miseria!
Tú que, lo mismo a los leprosos que a los parias malditos,
enseñas por el amor el gusto del Paraíso,
¡Satán, ten piedad de mi larga miseria!
Tú que de la muerte, tu vieja y fuerte amante,
engendras la esperanza -¡una loca encantadora!
¡Satán, ten piedad de mi larga miseria!
Tú que haces al proscrito esta mirada calma y alta
que condena todo un pueblo alrededor del patíbulo,
¡Satán, ten piedad de mi larga miseria!
Tú que sabes en qué ángulos de las tierras envidiosas
el Dios celoso escondió las piedras preciosas,
¡Satán, ten piedad de mi larga miseria!
Tú, en quien la mirada clara conoce los profundos arsenales
donde duerme amortajado el pueblo de los metales,
¡Satán, ten piedad de mi larga miseria!
Tú, en quien la larga mano esconde los precipicios
al sonámbulo errante al borde de los edificios,
¡Satán, ten piedad de mi larga miseria!
Tú que, mágicamente, ablandas los viejos huesos
del borracho tardo atropellado por los caballos,
¡Satán, ten piedad de mi larga miseria!
Tú, que para consolar al hombre frágil que sufre,
nos enseñas a mezclar el salitre y el azufre,
¡Satán, ten piedad de mi larga miseria!
Tú, que pones tu marca, oh, cómplice sutil
en la frente de Creso despiadado y vil,
¡Satán, ten piedad de mi larga miseria!
Tú, que metes en los ojos y en el corazón de las muchachas
el culto de la llaga y el amor de los andrajos,
¡Satán, ten piedad de mi larga miseria!
Bastón de los exiliados, lámpara de los inventores,
confesor de los ahorcados y de los conspiradores,
¡Satán, ten piedad de mi larga miseria!
Padre adoptivo de estos que en su negra cólera
del paraíso terrestre ha expulsado Dios Padre,
¡Satán, ten piedad de mi larga miseria!
Gloria y alabanza a ti, Satán, en las alturas
del cielo, donde tú reinaste, y en las profundidades
del infierno, donde, vencido, sueñas en silencio!
¡Haz que mi alma un día, bajo el Árbol de la Ciencia,
cerca de ti repose en la hora en que en tu frente,
como un Templo nuevo, sus ramajes se extenderán!
- Cohetes -
Perdido en las fealdades de este mundo y atrapado por las multitudes, soy un hombre causado cuyo ojo no alcanza a ver, en la hondura de los años, sino inquietudes y amarguras, viendo ante mí tan sólo un huracán en el que nada nuevo se contiene, vacío de dolor y de enseñanzas.
Parece que, por momentos, Baudelaire hubiera ya captado ciertos rasgos de estainhumanidad aún por venir. En la obra póstuma aparecen claramente sus propósitos :"Explicaré, pacientemente, las razones de mi repugnancia por el ser humano".
En Cohetes leo:
El mundo va a acabarse ... pido simplemente a todo hombre que piense que muestre qué subsiste de la vida ... No es en especial por las instituciones políticas como se vendrá a manifestar por cierto la ruina universal ...,sino por la vileza a que llegarán los corazones.
¿Es preciso que diga que lo poco que quedará de lo político se debatirá entre la opresión de una animalidad ya general, y que los gobernantes se van a ver forzados, para mantenerse y proyectar un fantasma de orden, a recurrir a medios que harían estremecer nuestra humanidad de hoy, sin embargo ya tan endurecida? ... Esos tiempos están quizá muy próximos; ¿quién sabe si no han llegado ya, y si el pesado espesamiento de la que es nuestra naturaleza no es el único obstáculo que impide que apreciemos ese medio en el cual respiramos?.
Hoy no estamos ya mal situados para convenir en la justeza que muestran estas frases, y es muy posible incluso el que aún se hagan más siniestras.
Quizá la condición de la clarividencia de que nos dan prueba esas palabras era menos un don de observador que aquella destreza que ha de poseer el solitario en el seno de las multitudes. ¿Es audaz en exceso pretender que son aquellas mismas multitudes las que ahora van siendo modeladas por las manos de los dictadores?