ANÓNIMA

- La celosa -


Gauguin


Se tenía en muy alta estima y sabía que era objeto de los celos y la envidia de los demás.
Pues su belleza era única, su ligero y estilizado cuerpo con un tono muscular un tanto marcado pero sin exageración desde su delgado cuello hasta sus piernas bien moldeadas.
Sus curvas que invitaban a soñar y el rostro con proporciones perfectas, con preciosos ojos coronando unos pómulos rosados. Y más abajo su boca...perfecta.
Si...quizás era demasiado vanidosa, el tener espejos dentro de su casa por todos lados y cuando digo en todos lados es en el sentido más amplio de la palabra.
Desde los pequeñitos que estaban pegados en las puertas o como el que apoyaba en la azucarera cuando se sentaba a la mañana a desayunar. Hasta el más grande que estaba en el dormitorio.
Charlotte se habia sentido mal ultimamente.
Podía sentir como era mirada de reojo constantemente y según creía toda las personas que estaban en su entorno la envidiaban por su belleza. Pero...hasta donde creia ella que podrian llegar?
Este fue el desencadenante de todo.
A la molestia sucedío la desconfianza, a no aceptar nada de nadie ni siquiera en lo mas mínimo, también cuidarse de todo.
O se olvidaria acaso cuando se patinó en el suelo recien encerado de la entrada de su viejo edificio de departamentos?
Quizas la encargada sabia que pasaria por ahi y lo hizo a propósito.
Tambien recuerda el dia que se intoxicó con alimentos que compro en la tienda donde habitualmente era clienta, Si! tambien! seguro de alguna manera habian adulterado su comida...
hay que cuidarse de todo y de todos.
Malditos envidiosos las van a pagar.
Era evidente que ahora todos la miraban y comentaban cosas que no podia escuchar.
Usó el viejo ascensor para ir a la terraza a estar sola un buen rato y tomar un poco de aire fresco. cuando estaba esperándolo le parecío que la encargada murmuraba con una de las vecinas.
Llega el ascensor. abre la puerta, vuelve a cerrarla.
Mientras sube de pronto este para la marcha abruptamente y hace un movimiento leve...tenue...pero inquietantemente hacia abajo.
Grita, espera que alguien venga, mientras tanto...sera posible?. Escucha risas.
Siii risas, todas sus sospechas eran realidad! habian llegado al punto de querer asesinarla por su belleza?
Estaba atrapada en aquel cubículo apenas iluminado las puertas estaban trabadas y podia ver a través de ellas que estaba entre el séptimo y octavo piso...una caida desde ahi...mas que morir la asustaba quedar lisiada, su rostro, sus bellos ojos...y si acaso perdiera uno en el golpe fatal? o quedara paralitica con el impacto.
el ascensor se sacudío y las risas y el murmullo se escuchaban de nuevo. Era un murmullo alegre.
Grita de nuevo pero nadie viene en su axilio. es que todo el edificio era cómplice?
Un sacudon mas...este fue el último.
Afortunadamente para Charlotte, no tendria que preocuparse por quedar lisiada...los hierros retorcidos esculpieron su cuerpo de una manera atroz, rápido y sin sufrimiento.
Aquella noche hubo silencio en el viejo edificio y todos estaban felices:
La encargada, las dos hermanas solteras que eran sus vecinas, la anciana de la planta baja y su hija.
Asi era, todas eran mujeres en aquel viejo, semiabandonado y apartado edificio.
La helada madrugada del 20 de diciembre los bomberos fueron alertados de un extraño humo o niebla que salia del edificio en cuestion, al acercarse constataron que se trataba de un incendio.
Tocaron en una puerta que estaba entreabierta que tenia un sencillo cartel que rezaba: "Encargada". No salió nadie...tocaron donde la anciana que estaba al lado...nadie. Esta vez decidieron entrar donde la encargada pero la casa estaba vacia.
Fue entonces que lo descubrieron todo ver el ascensor, de ahí salia el humo.
Dentro se encontraban todas los integrantes del edificio. Y sus cuerpos estaban entre los hierros totalmente quemados y en posiciones que indicaban que habian tratado de escapar.
Sus mandibulas estaban abiertas como si hubieran estado pidiendo a gritos que los liberaran.
Pero lo más curioso era que parecían estar atravesados en el rostro por los fragmentos, más exactamente en la cara, las cuales tenían las bocas abiertas como profundos y oscuros pozos
¿ Cómo habían llegado todos al mismo lugar?
Se pudo comprobar que las puertas de todas las personas que vivían allí estaban abiertas, y dentro de cada departamento había rastros de sangre, también se corroboró que habían sido recolectadas en el viejo ascensor el cual se sabía efectivamente que había tenido un accidente previo.
Sin embargo más detenidamente uno de los bomberos vio que habia una de las puertas que se encontraba cerrada. Era la de Charlotte.
Charlotte...su cuerpo también se encontraba revuelto y calcinado con los demás. Pero en su casa no había rastros de sangre pero si encontraron fotografías...desde unas pequeñitas en la mesa del desayunador, otras pegadas en las puertas...hasta encontraron unas enmohecidas en los espejos del baño.
Las fotografias pertenecían a la bella encargada del edificio. Una chica jóven con bellisimos ojos y labios, con sus pómulos tan rosados...que ahora era irreconocible.
Así fue que los celos y la locura desmedidos de Charlotte habían irritado a todas sus vecinas y habían logrado crear el clima necesario para lograr su propia muerte.
De la cual ella volvió para vengarse.


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